La breve nota añadió que el intercambio fue constructivo, los negociadores también consensuaron fortalecer la coordinación bilateral en terrenos como la macroeconomía y fomentar más resultados positivos del convenio.
Se trata del segundo contacto entre las partes luego que en enero anterior firmaron el acuerdo de fase uno. Pero nuevamente la conversación tuvo lugar en medio de tensiones por la ofensiva de Washington contra Beijing en distintos frentes.
En febrero entró en vigor el pacto, que recoge el compromiso de China a hacer importaciones desde Estados Unidos en los próximos dos años por 200 mil millones de dólares de productos agrícolas y del mar, bienes manufacturados como aeronaves, maquinaria y acero, y artículos del sector energético.
Ambas potencias fijaron en el texto obligaciones y mecanismos para manejar diferencias vinculadas a la propiedad intelectual, alimentos y productos agrícolas, impulso del comercio, finanzas, moneda y transparencia, transferencia forzada de tecnología, evaluación bilateral y resolución de disputas.
También establecieron la prohibición y sanciones al robo de secretos comerciales y cibernéticos, así como las medidas contra todo tipo de falsificación, piratería y violaciones a los derechos de autor.
Otro aspecto significativo son las normas para derribar las trabas al comercio de fórmulas infantiles, carne vacuna, de cerdo, frutos del mar y biotecnología agrícola, al igual que las facilidades a los bancos estadounidenses para suscribir las deudas de empresas chinas e introduzcan sus servicios.
Entre otras cuestiones, Estados Unidos y China se comprometieron a someterse a los principios del Fondo Monetario Internacional para evitar la manipulación del tipo de cambio y trabajarán juntos en la regulación del mercado de divisas y freno a las devaluaciones destinadas a lograr más competitividad comercial.
Beijing, 25 agosto 2020
Crónica Digital/PL
