El millar de migrantes que mantiene su marcha hacia la frontera con Estados Unidos hace 50 días, reposa en Casa del Peregrino de la Alcaldía Gustavo A. Madero, de la Ciudad de México, donde pernoctó.
La columna, que inicialmente integraron cuatro mil personas, fue disminuyendo a medida que el descontento, el cansancio o el acogimiento a facilidades de residencia otorgadas por el gobierno mexicano, la fueron diezmando.
Los que persisten en la azarosa y difícil peregrinación, con saldos fatales como 55 fallecidos en un accidente vehicular, los 105 heridos o encuentros graves con la Guardia Nacional en los que murieron dos indocumentados, están firmes en su creencia de que una vez en la frontera lograrán ingresar a Estados Unidos.
Voceros toman la referencia de los pocos que lo lograron, lo cual les da esa esperanza, pero quienes desistieron tienen una visión diferente al admitir que los reveses son abrumadores en relación con los que tuvieron la suerte de no ser devueltos a México.
Las autoridades de Ciudad de México crearon condiciones para que pasaran su primera noche abrigados ahora que empezó el frío intenso con la correspondiente ola de influenza que se confunde con la COVID–19 aunque esta última está bastante controlada.
Muchos migrantes andan sin mascarillas.
En el albergue habilitado en la Casa del Peregrino hay colchonetas, camastros y otros lugares para su reposo, duchas y se les brindaron alimentos, algunos donados por la gente de los alrededores y organizaciones sociales.
Aunque la marcha ha sido muy accidentada desde su comienzo y con dudas de qué camino seguir, al parecer los columnistas estarán varios días en la ciudad hasta definir los siguientes pasos de la caravana.
Algunos de sus voceros confirmaron que hoy miércoles tendrán una reunión con la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra, y confiaron en poder agendar otra con representantes de la Secretaría de Gobernación.
La caravana –que lleva creada unos dos meses– salió el 23 de octubre desde Tapachula, Chiapas, y llegó la noche del domingo a la capital de México tras recorrer mil 156 kilómetros –la mayoría a pie– en 50 días.
Visitaron el templo mariano y posteriormente se trasladaron a la Casa del Peregrino San Juan Diego.
En las primeras horas del día, autoridades capitalinas, aplicaron 80 pruebas de COVID–19, todas negativas, y se les suministró la vacuna contra la influenza.
Se informó que también se les ofreció el biológico de CanSino contra el coronavirus SARS–CoV–2, pero lo rechazaron porque no está reconocido por Estados Unidos para poder entrar a ese país.
México, 15 de noviembre 2021.
Crónica Digital / Prensa Latina.
