Al Director de “El Mercurio”
Señor Director:
Place dejar constancia de mi rechazo a la opinión editorial que su diario difunde hoy “Vergonzosa elección en la ONU”, dedicada a denostar de un órgano del sistema de Naciones Unidas, nada menos que su Asamblea General, que en el marco de su 75 Período de sesiones, registró este 13 de octubre el voto a favor de 170 países miembros, el 88 % de su membresía, al ingreso de la República de Cuba al Consejo de Derechos Humanos.
Pobre resulta la argumentación de su editorial, apenas asistida por el criterio de dos organizaciones como HRW o Freedom House, que no representan a nadie salvo a sus financistas, y por el sesgo ideológico de su diario.
Y resulta erróneo su enfoque al expresar que la otrora Comisión de Derechos Humanos fue reemplazada en 2006 por el actual Consejo debido a ser “blanco de críticas de los países democráticos por fallar en su cometido”, cuando, en efecto, el desprestigio acumulado por esa Comisión la llevó a su desaparición, pero provocado por el oprobioso uso político de los Derechos Humanos, por parte de varios de sus miembros, encabezados por Estados Unidos, para atacar a otros países.
La “dictadura de sesenta años” a la que gentilmente se refiere su editorial, tiene más prestigio que el que Usted podría desear, ganado en la defensa de los Derechos Humanos de sus once millones de habitantes, de sus derechos a la vida, a la salud, a la educación, a un empleo decoroso, a la libertad que entroniza la decencia y el decoro presidiendo la vida pública, que es decir el goce de la plena dignidad del ser humano.
Jorge Lamadrid Mascaró
Embajador de Cuba en Chile
Santiago de Chile, 21 de octubre 2020
Crónica Digital
Mié Oct 21 , 2020
Hay un dicho que viene del mundo jurídico pero que se popularizado más allá de ese círculo, que dice: “ A confesión de parte, relevo de pruebas”. Se usa cuando una de las partes admite aquello de que se le acusa, y entonces no es necesario presentar más pruebas para demostrarlo. Lo comento, lectores/lectoras, en directa alusión al alevoso e increíble hecho que se dio hace muy poco, cuando un grupo de Carabineros – de seguro del Gope-, armados como Robocoops para una guerra galáctica, no encontró mejor idea que lanzar a un menor al Mapocho, el cual, como usted sabe, lleva muy poca agua. No contentos con eso, viendo que quedaba inmóvil abajo, partieron tranquilamente del lugar. Junto con los perdigones a los ojos de los manifestantes el año pasado, los 31 muertos, además de otras situaciones vejatorias, es de lo más grave que hemos visto en cuanto a la represión policial en estos años. No solo eso. Acabamos de enterarnos que en recordatorio masivo de ayer del estallido social del 18 de octubre del año pasado, fue asesinado el joven de 29 años, Aníbal Villarroel, en La Victoria, y fueron detenidas más de 600 personas. Por cierto, ni el Grupo de Lima, ni la Alta comisionada de la ONU dicen algo al respecto. Para qué vamos a hablar de la OEA. Ahí tiene usted, en directo, el absoluto doble estándar y la hipocresía manipulatoria respecto a derechos humanos, de parte de los gobiernos neoliberales y de ultraderecha y sus medios de comunicación. La memoria es, con todo, obstinada. La pregunta que tiene que hacerse lector/lectora es: ¿ si Carabineros (al igual que el resto de las FFAA obviamente) puede disparar a matar, sacar ojos, torturar, o tirar menores de edad al Mapocho en lo que se dice una “democracia”, cuánto no habrá podido hacer en la Dictadura cívico-militar del Sr. Pinochet, donde “no se movía una hoja” sin que el dictador lo supiera? ¿ Cómo alguien podría negar entonces la existencia de los detenidos-desaparecidos, muchos de los cuales nunca podremos recuperar, porque fueron lanzados a mares, ríos y lagos del país ¿. Lamentablemente aún tenemos autoridades y ciudadanos que asumen la mentalidad neopinochetista, tanto en el gobierno, como en algunas instituciones: ahh, fueron detenidos, lanzados al río, o torturados, algo habrán estado haciendo¡ Así tal cual se argumentaba en plena dictadura cada vez que distintas instituciones reclamaban la persecución o detención de personas. Y a ese coro se sumaban prestos, como no, el grupo de diarios del Mercurio, La Tercera, los noticiarios de televisión y la mayoría de las radios, con notables excepciones. Una vergüenza. Pueden más los intereses clasistas e ideológicos que la vida de las personas. Pero que fiscales usen este mismo argumento, resulta impresentable. Lo importante no es que un grupo de Carabineros o de miembros de inteligencia infiltrados se crean dueños de la vida y la muerte de todos nosotros, sino, qué hemos estado haciendo manifestando en las calles, para “merecer” ser […]