Nadie muere si no es olvidado, se puede afirmar de alguien que como Manola Robles, dejó una huella tan profunda, en el periodismo, en su humanidad, en su compromiso con la verdad, alguien que como ella, entendió que su deber patriótico, político, profesional, fue ser digna, valiente quizás temeraria, pero siempre comprometida con la justicia, la vida, su pueblo.
No viviste como para esperar honores ni reconocimientos, aunque los recibiste y merecidos, pero se que los principales fueron siempre los que recibiste de tu pueblo, de los prisioneros políticos, de las víctimas de la dictadura de Pinochet y sus mandantes, de los exiliados, de los perseguidos, de quienes fuiste voz, defensora y testimonio.
Pero hoy, y siempre, recibe el saludo de quienes como tu cumplieron un papel en la resistencia de un periodismo militante, patriota y democrático, porque, también es necesario que se sepa y que se honre tu participación en el periodismo clandestino, de la resistencia contra la tiranía y sus crímenes, a través de tu pluma, tu pasión libertaria y compromiso, en “Unidad Antifacista”, “Escucha Chile”, y muchas otras iniciativas del periodismo nacional, en lucha contra el crimen y el odio.
Destacamos, entonces, junto a tu calidad profesional y prestigio, tu compromiso militante en ese periodismo, que contribuyó, exponiendo hasta su vida en la lucha por la democracia, la vida y la libertad de Chile.
Querida Manola, nunca serás olvidada. Chile, su democracia en construcción, te deben mucho.
Te abraza, Marcel Garcés
(en nombre de muchos que también ya partieron, y otros que persisten)
Santiago, 4 enero 2021