El portavoz presidencial de Turquía, Ibrahim Kalin, condenó hoy un ataque aéreo israelí sobre la Franja de Gaza durante el mes sagrado (musulmán) del Ramadán.
Al referirse al hecho, que no provocó muertos este jueves, el vocero reiteró en Twitter el apoyo de Ankara a la causa palestina y pidió a Tel Aviv el cese inmediato de la hostilidad.
Más temprano, el portavoz del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo, Omer Celik, también rechazó la acción militar, confirmada la víspera por el ejército israelí.
‘Israel ha vuelto a atacar a Gaza en el mes de Ramadán’, expuso al explicar que es inaceptable en términos de humanidad.
Más de dos mil 160 palestinos murieron, la mayoría de ellos civiles, y unos 11 mil fueron heridos en una embestida israelí contra la Franja de Gaza en 2014. Desde 2007 el territorio vive un férreo bloqueo por parte de Israel.
Ankara, 16 abril 2021
Crónica Digital/PL
Vie Abr 16 , 2021
Por Marcel Garcés Muñoz La situación política y social del país, a cuatro semanas de la trascendental elección de Constituyentes (15-16 de mayo), para la histórica tarea de formular una nueva Carta Magna para Chile, demandada por la mayoría ciudadana, es esperanzadora pero a la vez compleja. Nunca en la historia del país, se planteó un desafío político tan profundo y amplio, con un protagonismo de masas, en un escenario de democracia participativa colectiva, nacional, y demandada –exigida- por el pueblo, para discutir una nueva Constitución del país, que contenga las demandas ciudadanas, sus aspiraciones y reivindicaciones sociales, y que se dispusiera a trazar las normas de convivencia nacional, los derechos y obligaciones, la nueva institucionalidad correspondiente. Nunca antes desde el nacimiento del país, de los albores de la Independencia, o los diversos gobiernos y proyectos nacionales, se había convocado al pueblo, a los movimientos ciudadanos, a una definición política y electoral de tal magnitud y perspectiva histórica, buscando una legitimidad institucional democrática a través de un proceso de participación de masas sin parangón. Pero no se trata solo de un proceso inédito de participación, de maduración de condiciones objetivas y subjetivas para encarar una tarea de tal magnitud, y de perspectiva histórica. Lo que hay que decir – y ello marca una diferencia cualitativa y cuantitativa y por lo mismo de responsabilidad cívica y política- es que se trata de una coyuntura histórica crucial, para la historia, el presente y el futuro de la nación y de una oportunidad a la que estamos llamados como pueblo. Como es obvio no se está escribiendo esta epopeya, sobre una hoja en blanco. Aquí se suma una historia de luchas democráticas, sociales, libertarias, culturales, étnicas, de género. Y el pueblo chileno ha derramado demasiada sangre, esfuerzos en avanzar en un proyecto político y social, que recoja sus sueños, esperanzas, sacrificios, demandas y razones, superando masacres, dictaduras, conspiraciones de los enemigos de su libertad, sus derechos sociales, económicos y democráticos. Se trata además de una exigencia colectiva que se expresaba incontenible, tras la dramática experiencia de una dictadura brutal, de una crisis de la institucionalidad y del escenario político, de una transición pactada y mediatizada, de esperanzas y frustraciones de una democracia que “venía” pero no terminaba de llegar, y de una injusticia social y económica que permanecía sobre la sociedad, en particular de los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los pueblos originarios, de una agenda política y social, no solo incompleta, sino que injusta. Pero ya debemos superar la hora de imaginar “la alegría que ya viene”. Estamos en el momento de organizar la voluntad popular y nacional, de traducir en normas el acuerdo nacional, la voluntad de construir esta casa común, de marcar la ruta, de acelerar el paso a un país mejor, digno, justo. Se trata de construir un espacio donde todos tengan sus derechos garantizados, no solo a elegir con cierta periodicidad a quienes representen a los ciudadanos en los diversos niveles de autoridad política e institucionalidad formal. De […]