En el debate de tres horas de ayer, sobre diversos temas y en el que Fujimori y sus seguidores confiaban en remontar la contienda, lo más resaltante fueron los momentos de polémica política.
En ese terreno, el mayor impacto lo causó Castillo, al señalar a Fujimori en forma directa y descarnada sus problemas con la justicia, pues un fiscal pide se le condene a 30 años de cárcel.
Tras escucharla hablar sobre lucha contra la corrupción, el maestro rural preguntó a quienes claman contra ese mal: ‘¿No les suena a ustedes que hablar de corrupción es sinónimo de fujimorismo?
Añadió que para hablar de corrupción debe tenerse al menos ‘una pizca de autoridad moral’, luego enumeró sus medidas contra ese delito y anunció que su posible gobierno lo barrerá ‘como se barre las escaleras de arriba hacia abajo’.
Más adelante señaló que ‘para hablar de corrupción tienes que tener moral, para gobernar tienes que tener moral, me gustaría que mi contrincante diga cuándo va a devolver los millones que se llevó en el marco de la corrupción’.
A los emplazamientos en lo que todos consideran un punto débil de Fujimori por el proceso que tiene pendiente, ella respondió con su táctica de afirmar que Castillo es manejado por Vladimir Cerrón, el líder de su partido Patria Libre, y alegó que no está probado que se hubiera enriquecido ilícitamente.
Tanto insistió Fujimori en el tema, que el candidato replicó que ‘le sugiero que trate de superar su obsesión por Cerrón, acá el candidato es Pedro Castillo’, con una serenidad que mantuvo durante todo el cotejo.
En el cierre del tema, el candidato dijo que ‘aquí hay dos líderes, uno del magisterio, elegido por los maestros, aplaudido por el pueblo, y la otra jefa de una red criminal’ y escogida por grandes empresarios financistas de sus dos anteriores campañas comiciales.
Fujimori aseguró que hoy firmará un compromiso de honor de lucha contra la corrupción y defensa de la democracia ante el escritor derechista Mario Vargas Llosa y otros que oficiarán como una especie de garantes.
Durante el debate, Fujimori intentó victimizarse y culpar a su rival por el repudio del público al llegar el sábado a la ciudad sureña de Arequipa, sede del debate, cuando a la caravana de autos que la secundaba le lanzaron naranjas (color del fujimorismo) y piedras.
Lima, 31 de mayo 2021
Crónica Digital/PL
