Yo creo en el voto voluntario

Silvio Cuneo
Abogado y académico UCEN

Sin calculadora en mano, la preferencia por el voto obligatorio o voluntario debe responder más a razones de principios que a una pura conveniencia electoral momentánea. Yo, personalmente, creo en la democracia y en el voto voluntario principalmente por dos razones.

Primeramente, porque las sanciones y penas deben ser excepcionales y sólo pueden justificarse en casos de cierta gravedad y el no votar (por desincentivo, aburrimiento o convicción) no debe, en una democracia ideal, traducirse en una sanción. Lo contrario sería entender que el autoritarismo sancionatorio es compatible con el ideal democrático, cuestión con la que no estoy de acuerdo. Además, como enseña la experiencia, las sanciones, y especialmente las multas, dañan mucho más a quienes menos tienen.

Por otra parte, la justa crisis institucional que vivimos y la pésima evaluación de muchas instituciones hacen más lícito que nunca abrazar idearios anarquistas o de apatía apolítica, y una justa voluntad de no querer otorgar legitimidad a un sistema que más que representar a las personas busca ser funcional a grupos económicos poderosos y a la mantención del status quo.

Lo que está detrás de esta discusión es la pregunta de si el estado tiene la facultad, poder o autoridad moral para obligar a ciudadanas y ciudadanos a realizar esta carga, que puede ir contra su propia voluntad. Normalmente la defensa del voto obligatorio se sustenta en justificaciones utilitarias muy discutibles. Por otro lado, no participar en una elección también es una manifestación de preferencia, una muestra de desinterés y de castigo que igualmente es absolutamente lícito.

Estudios realizados en el King’s College of London han concluido que el voto obligatorio no mejora el conocimiento de los votantes ni genera un aumento de interés político. Es decir, la obligatoriedad del sufragio y la multa para quien no vote no supone per se una decisión más informada.

Lo que se requiere es crear espacios informativos, mejorar en la difusión de conocimientos y fomentar la educación cívica. Además, la creación de mecanismos de democracia deliberativa, el incentivo para que la gente pueda unirse, promover ideas y discutir sobre ellas son cosas que pueden mejorar la participación sin la amenaza punitiva del estado.

Una reciente indagación realizada por Ciperchile evidencia que residentes de comunas populares votaron, en el pasado plebiscito, en gran medida basados en fake news sin entender el real significado de su voto. Si bien no se trata de una medición estadística, los testimonios del estudio citado dan cuenta de un problema grave que dice relación con la ignorancia y los efectos de las fake news. Por lo mismo, si queremos votantes informados, la tarea debe ser la de educar e informar y no la de sancionar a quien no vota.

El voto obligatorio, cuál derecho-deber, facilita la tarea de candidatos y partidos políticos que no tendrán que convencer a un elevado número de votantes para ver legitimadas sus propuestas y programas. Asimismo, grandes números de participación pueden otorgar una falsa imagen de credibilidad a un sistema político en evidente crisis y a políticos de ética cuestionable.

En conclusión, es fundamental una mayor labor informativa, tendiente tanto a explicar el efecto del voto como a desmentir falsas noticias y no a la amenaza sancionatoria para quien decida no votar, porque poco mejoramos con muchos votos si mantenemos a las y los votantes interesadamente desinformados, en especial en momentos en los cuales Chile transita por un proceso constituyente.

Santiago de Chile, 17 de septiembre 2022
Crónica Digital

Next Post

Chile necesita el voto obligatorio

Sáb Sep 17 , 2022
Sergio Escobar Jofré Académico escuela de Gobierno y Comunicaciones UCEN La falta de educación cívica es una de las mayores críticas que hemos escuchado en el último tiempo, asociada precisamente a los bajos índices de participación electoral en Chile. El fenómeno vivido en el último plebiscito, donde sufragaron más de 13 millones de personas, nos demuestra la importancia e impacto que tiene en la democracia cuando la ciudadanía participa en masa y percibe que lo que está en juego es importante.  El voto voluntario debutó en Chile en el año 2012 (alcaldes y concejales), con una inmediata disminución en la participación de más de un millón de votos, versus el anterior proceso similar con voto obligatorio (2008), un efecto que se fue acrecentado cada vez más. Las presidenciales de 2009 contó con casi 7 millones de votos (sistema obligatorio), mientras en el 2013 dejaron de participar casi un millón de personas, pero con el atenuante que la cifra disminuye a pesar de que aumenta de forma permanente el padrón. O sea, por más gente que esté habilitada para participar, votaban siempre los mismos, con tendencia a la baja. Votos más o menos, una máxima irrefutable indica que una menor participación afecta a la democracia y su representación. Por otro lado, una elección es la principal instancia en la que la ciudadanía puede hacer valer su opinión, con efectos que son fundamentales para su presente y futuro.  Muchos podrán decir que son las instituciones las que deben motivar e incentivar a que los ciudadanos participen y no imponerles involucrarse en su destino, pero ¿no es lo mínimo que se le puede exigir?, concurrir cada cuatro años a elegir a sus autoridades. El volver a instaurar el voto obligatorio generará un efecto que buscará impulsar el hábito y compromiso, siempre y cuando se mantengan las sanciones para quienes incumplan con ello. El resultado del último plebiscito buscaba generar un cambio profundo en el país y nadie imaginó el resultado obtenido. Si bien las encuestas se inclinaron por una opción, ningún partido o sector imaginó un resultado tan contundente, que no dejó lugar a dudas sobre qué querían y que no querían los chilenos. La población habló y lo hizo fuerte, algo que tuvo efectos inmediatos en el ejecutivo, quizás ese efecto no se habría conseguido con un voto voluntario.  Pero lo anterior también presenta desafíos relevantes, principalmente para los partidos políticos. Primero, el voto obligatorio no es una medida que por arte de magia vaya a solucionar los problemas que tiene nuestro régimen político y por ello es fundamental que los partidos busquen conquistar a los electores y retomen su necesario lugar en la sociedad, como una institución primordial para el desarrollo de la democracia. Segundo, con un voto obligatorio automáticamente aumenta el padrón en 4 millones de personas aproximadamente, lo que lleva a los partidos a salir de su zona de confort, de contar siempre con un voto ideológicamente ya conquistado. Esto requerirá que los partidos mejoren su ‘oferta’ programática y […]

Te puede interesar:

Las opiniones vertidas en este medio de comunicación no necesariamente representan el sentir de Crónica Digital y son de responsabilidad de quienes las emiten.

Crónica Digital, es un medio de comunicación social, republicano y comunitario. Fue fundado el 19 de abril del año 2005. Su objetivo periodístico es informar sobre los principales noticias de Chile, América Latina y el mundo.

El director de Crónica Digital es el periodista Marcel Garcés Muñoz.

Su representante legal y editor general es el periodista Iván Antonio Gutiérrez Lozano.

El editor nacional es el periodista Ramón Vargas Vega.

El editor cultura es el periodista Miguel Alvarado.

Corresponsal en La Habana, Cuba, Florencia Lagos N.

El asesor legal es el académico y abogado Sr. Pablo Méndez Soto.

Los principales asociados informativos de Crónica Digital son la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina , la agencia de noticias China, Xinhua y TV Brics.

En Chile, el medio electrónico El Maipo

Correo: cronicadigital@gmail.com
Dirección: Maturana 302 local 2
Santiago de Chile.

Desde el año 2005 Crónica Digital es parte de la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos.

Crónica Digital es una marca registrada. Todos los derechos reservados.

Redacción Diario Crónica Digital
Fono: 950142601

Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
plaza Brasil,
Santiago de Chile.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es cafe-con-torta-900x675.jpeg