Crítica
Por Miguel Alvarado Natali
Fotografía: Víctor Vivas
Bruta, es una performance que contiene un monologo corto y cuya máxima expresión está en la danza y en el trabajo corporal de su protagonista, el performer Habib De la Jara, que junto a la Compañía teatral Amateur, se ha estado presentando en distintos puntos de Santiago como El Teatro Del Puente y en el Espacio Vitrina.
Un montaje donde la obra está hecha para sí mismo. Aquí el cuerpo manda, se exhibe, se expone a un constante cansancio, se vuelve grotesco y a la vez sensual. La imagen que la guata y las tetas caídas va construyendo por la desaforada vibración, es la de un rostro feroz en el estómago, entonces la belleza se vuelve relativa y se derrumba este estereotipo que nos han mostrado de lo que es bello. De la Jara realiza un trabajo serio, de una destreza única con todo su cuerpo –específicamente el abdomen- ocupa muy bien el espacio escénico y logra crear con su presencia y las luces una atmosfera única, donde va dando testimonio de su propia historia de vida.
El trauma del cuerpo feo queda a vista y paciencia del público, casi al escrutinio social, pero el personaje se sobrepone a esta emoción y se libera ante el mundo. La canción “Era bella” de Hernaldo Zuñiga suena a todo volumen mientras el personaje se mueve y golpea su cuerpo casi bestial, alejado de esa estética que todos soñamos y la música es tan ochentera, pero que ahora tiene sentido: “Era bella, insoportablemente bella, bella. Inaguantablemente bella. Sí era muy bella, pero vacía, pero tan fría, que al abrazarla pensaba que estaba abrazando a una piedra”. El estado de un cuerpo hermoso se descompone con esas palabras –vacía y fría- que estuvieron siempre ahí y no las escuchamos, al igual que el desgarro y la desgracia de esta “Bruta”, que nos contagia con su catarsis.
Bruta es una obra no convencional, que nos sumerge en el delirio de un personaje, no por ocultar su estado, si no por encontrar la real belleza. Es una lucha que tiene que dar un cuerpo “imperfecto”, pero quién dice que es imperfecto ser gordo, viejo o corpulento. La realidad que nos presenta esta figura –que se sale de los cánones establecidos- y que a través de un gran esfuerzo físico llega al límite de su capacidad corporal y emocional, es involucrar al espectador en una suerte de juicio entre lo que es bello y lo que es feo. De pronto con sinónimos y acciones de una autoflagelación, pero que no se detiene pese al cansancio, para llegar a una transformación en las mentes de los asistentes, pero también en su propio cuerpo. Un cuerpo que en definitiva no tiene género.
Santiago, Crónica Digital, 29 de Enero 2023
Dirección general: Marco Ignacio Orellana
Performer: Habib de la Jara
Productor: Gabriel Valenzuela – Agencia Rizomas
Coproducción: Compañía Amateur y Fundación Santiago Off
Diseño y operación de iluminación: Gabriel de la Hoz
Asistencia de iluminación: Álvaro Altamirano
Crédito fotografía: Víctor Vivas
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