La investigación, publicada en la revista Nature, revela que el gigante mamífero es una especie más cercana al elefante asiático que al africano.
Científicos de Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos extrajeron y analizaron ADN de mamut utilizando una nueva técnica que permite obtener mayor volumen de información genética a partir de la mitocondria, el componente de las células que genera energía.
A partir del material hallado fuera del núcleo de las células, los investigadores reconstruyeron la más larga secuencia de ADN de esta especie.
Se estima que los últimos mamuts, también conocidos como gigantes de hielo, sobrevivieron en la tundra siberiana hasta hace apenas tres mil 600 años. Sin embargo, durante el Paleolítico superior este animal habitaba en toda Europa y también Alaska y Canadá.
Una de las incógnitas que más preocupa a los estudiosos del mamut es la causa de su desaparición. Se han propuesto varias teorías para explicar este fenómeno.
El calentamiento climático y el acoso de los cazadores eran las causas esgrimidas por los especialistas hasta ahora, aunque hay quiénes lo atribuyen a los efectos de una grave epidemia.
No obstante, atribuir esta extinción a la actividad humana es excesivo para la mayoría de los expertos, que consideran más razonable la justificación climática: los mamuts se vieron confinados en el norte, en poblaciones aisladas que se consumieron poco a poco.
Los actuales cazadores de mamuts, los científicos que los desentierran en el suelo congelado sibieriano, intentan averiguarlo.
Londres, 20 diciembre 2005
Prensa Latina , 0, 52, 10