En efecto, no son sólo las últimas discrepancias entre el Partido Socialista y el Canciller Foxley sobre el gas lo que viene gatillando fuertes críticas y puntos no resueltos en la Cancillería. Hemos de recordar serias diferencias en un conjunto de acciones que se han llevado a cabo desde el Ministerio de Relaciones Exteriores que de una u otra forma vienen desperfilando el necesario liderazgo en la acción que, necesariamente, desde Chile debe tener un Canciller y, de esta forma, eliminar el fantasma de las diplomacias paralelas que a larga pueden producir confusiones.
Hoy, una mayoría ciudadana le encuentra razón al Senador Escalona por señalar con claridad cierta inoperancia desde la Cancillería para ayudar a asegurar el flujo de gas argentino hacia los hogares y comercios chilenos. Más aún, sabiendo de antemano este Ministerio que esta crisis energética afectaría con fuerza a los distribuidores este primer semestre, tal como sí lo adelantó nuestra Embajada en Buenos Aires.
También son bien recibidas en los partidos políticos, más allá de la Concertación, las aclaratorias declaraciones del Embajador Luis Maira sobre este tema de asegurar gas argentino hacia el territorio nacional. El señala que se han efectuado tres reuniones entre dirigentes socialistas y la administración del Presidente Kirchner. Ninguna de éstas contó con el visto bueno previo de la Cancillería, asegura Maira: Por eso resulta asombroso el debate que esta vez se ha producido que solo se podría explicar si la política exterior hubiera dejado de ser una política de Estado, concluye el Embajador.
Antes este cuadro para nada alentador para el jefe de la Cancillería, salió a la palestra la Senadora y líder de la Democracia Cristiana defendiendo al camarada Foxley, algo parecido pero con distinto sello declaró desde Suiza la propia Presidenta de la República, pero este péndulo cargado de borrascas sólo ha ayudado a que el país tome conciencia de que efectivamente las cosas en la Cancillería no funcionan como se debe dada la seriedad de la crisis energética y la siempre díscola relación con nuestros vecinos, especialmente por el nuevo ambiente que se percibe en Bolivia.
Sin duda que la Presidenta Bachelet tendrá que definir de una vez por todas cual será el rumbo de la Cancillería ante una nueva y grave crisis energética que se prevé para este mes y el próximo. Además de lo que significa para el norte de Chile la venta de Gas Atacama a un consorcio norteamericano. En esa decisión de la Mandataria, evaluando el conjunto de la marcha de las relaciones exteriores y sus proyecciones futuras, pesará sin duda el factor eficiencia y responsabilidad ante el país como lo señala con insistencia en sus discursos. Quizá pase del concepto a la acción!
Lo peor sería que se mantenga a un Canciller que tiene variados problemas internos para su gestión en momentos bien delicados, mientras que en los países del Continente a nivel de cancillerías, se percibe una clara sintonía entre el poder político, el empresariado y aún en los sectores de oposición porque ven un manejo realista y eficiente en las variadas materias exteriores que se deben tratar como nación ante el mundo. En esto, hace bien Belisario Velasco al señalar que se debe desdramatizar ya que las relaciones exteriores las lleva y resuelve, finalmente, la Presidenta Bachelet.
Por Iván Gutiérrez Lozano
Santiago de Chile, 4 de junio 2007
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