La aeronave, enviada especialmente por la presidenta Michelle Bachelet, arribó ayer a la capital siria, donde la esperaba un grupo de 70 chilenos-libaneses y otros 44 sudamericanos que solicitaron ayuda a Chile para dejar el Medio Oriente.
El grupo de chilenos viajó los 100 kilómetros que separan Beirut y Damasco por tierra, en un convoy conformado por tres buses y dos automóviles, en medio de los fuertes bombardeos de las fuerzas israelitas contra ese país árabe.
La evacuación desde el Líbano ocurrió pocas horas después de que Israel pidiera a los habitantes del sur de ese país abandonar sus residencias, previniendo una nueva ofensiva terrestre contra el Hezbollá.
Esto generó la separación de muchas familias, ya que algunos prefirieron permanecer en Beirut para cuidar las pertenencias y sus respectivos trabajos, poniendo a salvo a esposas e hijos.
En total, abordaron el transporte ciudadanos chilenos, libaneses, salvadoreños, colombianos, costarricenses, peruanos, bolivianos, venezolanos, argentinos y paraguayos, indicaron fuentes de la cancillería.
La operación fue encabezada por el embajador de Chile en Siria, Ricardo Fiegelist, y por el director consular, Hernán Brantes. La aeronave voló de Damasco a Madrid -donde hizo una escala técnica- y de ahí reinició viaja a Buenos Aires.
En esa ciudad dejará a 12 ciudadanos argentinos y cuatro paraguayos, antes de concluir la operación en Santiago.
En Chile viven más de 300 mil árabes, en su gran mayoría de origen palestino. Es la mayor concentración de ciudadanos de ese país fuera del Medio Oriente.
Santiago de Chile, 24 de julio 2006
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