Poco antes de recibir a Morales en el aeropuerto internacional «Simón Bolivar», el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aludió a las críticas de personeros estadounidenses sobre la cercanía de posiciones de los líderes que encabezan los cambios políticos.
En todo caso, dijo a reporteros, sería «el eje del bien», en contraposición al pretendido «eje del mal» en que Washington incluye a Chávez, Morales y al presidente de Cuba, Fidel Castro.
El propio Morales, quien como signo de los nuevos tiempos arribó vestido con una camisa de mangas cortas, precisó en sus primeras palabras en este viaje a Venezuela que se trata de hacer cumplir el sueño del Libertador Simón Bolívar de la Patria Grande americana.
«El triunfo de América Latina es un hecho», apuntó el presidente electo boliviano, quien ratificó también la decisión de corresponder al más del 50 por ciento de los votos recibidos con un gobierno a favor de los pobres y pueblos indígenas.
Para Morales, como para Chávez, esa definición de política pasa por posiciones «antineoliberales y antiimperialistas», según sus propias palabras.
Según la visión de Morales esta postura corresponde a «nuevos tiempos, nuevas épocas, un nuevo milenio para resolver problemas sociales de las mayorías nacionales»
Los primeros acuerdos logrados en Cuba, referidos a las esferas de salud y educación y el perfil de los convenios con Venezuela, apuntan a una alianza benéfica, más que a una contenido maléfico como le atribuye Washington.
«Nosotros estamos conformando el eje del bien, el eje del nuevo siglo», dijo Chávez, para quien el verdadero eje del mal está integrado por Washington y sus aliados.
Morales, por su parte, estima que esta nueva orientación política sustentada en los avances populares continuará sumando triunfos en la región, en beneficio de sectores, que, como los indígenas, han estado marginados durante siglos.
Por: Miguel Lozano de Prensa Latina, en Venezuela.
Caracas, 3 de enero 2006
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