La mandataria analizó esta mañana con sus ministros y líderes de los partidos que integran la coalición gobernante la gestión de su administración, al tiempo que abrió un intenso debate sobre los desencuentros entre el Ejecutivo y las agrupaciones políticas.
La intervención de la mandataria, según fuentes oficiales, se centró en la ejecución del «Plan 100 días: 36 compromisos», lanzado a fines de diciembre pasado cuando su campaña atravesada un momento difícil de cara a la segunda vuelta presidencial.
«Antes de cumplir el plazo (vence el lunes próximo) les quiero decir simplemente: la tarea está cumplida, y lo hemos hecho en el tiempo definido y en la manera especificada», precisó la gobernante, tras elogiar el «trabajo sin tregua» de sus colaboradores cercanos.
Bachelet, quien ha tenido que enfrentar paralelamente a sus planes de gobierno varios conflictos que tuvieron su origen en administraciones anteriores, agradeció también a los parlamentarios el apoyo recibido para el cumplimiento de las 36 medidas comprometidas.
Luego se centró en las metas para el resto de su mandato. «Tenemos un norte, actuamos con coherencia, alcanzamos las metas comprometidas, y no nos vamos a detener», afirmó, para acotar que este es «el inicio de un gran proceso de reforma».
Pero tanto en su mensaje privado, como en la conferencia de prensa que dio en el intermedio, Bachelet ahondó en la necesidad de perfeccionar los nexos dentro del oficialismo, y recogió el descontento de los parlamentarios, que se sienten relegados por La Moneda.
«Estamos contentos con lo logrado y convencidos que hemos trabajado bien, pero también yo soy una persona que siempre dice lo podemos hacer mejor , y sin duda que la reunión que nos convoca nos ayuda a mirar y a avanzar en los planes que tenemos por delante», enfatizó.
En ese contexto llamó a todos, tanto en el gobierno como los partidos, a trabajar en equipo y recabó de la extrema derecha opositora «una colaboración crítica, pero activa» en apoyo de lo que la gente necesita.
Las palabras de la mandataria fueron complementadas en público y en privado por los timoneles de los partidos oficialistas, quienes compartieron la presidencia del encuentro con los líderes del Senado y de la Cámara de Diputados, Eduardo Frei Ruiz Tagle y Antonio Leal.
La presidenta de la DC, Soledad Alvear, señaló que «siempre es importante mejorar las relaciones, y eso se logra naturalmente entre las personas que trabajan en el gobierno, en el Poder Legislativo y los partidos políticos».
Camilo Escalona, presidente del Partido Socialista (PS), evaluó el quehacer de los primeros tres meses de gobierno y las tareas que se han delineado para el futuro, a pesar del impacto que tuvo las protestas estudiantiles en las descoordinaciones que se manifestaron.
«No tenemos ninguna dificultad en señalarlo con claridad frente a la opinión pública, y lo que necesitamos ahora es un ajuste, aseveró Escalona, quien dijo además que «necesitamos poder precisar bien las tareas que vamos a hacer en los próximos meses».
El líder socialista se refirió también a las «agendas propias» y los parlamentarios calificados de «rebeldes», y aseguró que «no tenemos temor a eso, pero hay que lograr que la critica política se encausen en la dirección de las tareas comunes que compartimos».
El debate tiene lugar en medio de una fuerte ofensiva de la derecha opositora y descontentos en sectores progresistas del oficialismo que se niegan a renunciar a sus aspiraciones e intereses políticos particulares en aras una condicionalidad total a la presidenta chilena.
Santiago de Chile, 17 de junio 2006
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