Chile es, junto a Colombia, el país de la región que más militares han aportado en los últimos 10 años a ese centro, donde han sido formados los peores violadores de los derechos humanos del continente desde su fundación en 1946, según reiteradas denuncias.
El grupo, que logró entrevistarse con la ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, estuvo encabezado por el sacerdote Roy Bourgeois, presidente de la organización no gubernamental «Observadores de la Escuela de las Américas» (SOAW, según sus siglas en inglés).
Lisa Sullivan, misionera norteamericana que acompaña al religioso junto al profesor Carlos Mauricio y por la activista Linda Panetta, señaló que la titular de Defensa chilena, aunque estaba al tanto del asunto, rehusó pronunciarse sobre la solicitud.
«En Chile lo que nos preocupa es que en los últimos 10 años, que han sido de democracia, se han enviado muchos soldados a la Escuela, a tal punto que disputa los primeros lugares con Colombia», subrayó la activista.
Según Sullivan, quien ha recorridos varios países de la región con igual propósito, la Ministra señaló que en esos años sólo se han estado enviando militares a «cursos cortos», lo cual fue refutado por los integrantes de la organización.
«Recordamos que algunos graduados, como el general (r) Manuel Contreras, ex jefe de la tenebrosa Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), y otros de sus cercanos como Alvaro Corbalán, Miguel Krassnoff y Carlos Herrrera, también pasaron esos cursos «express», apuntó.
En Chile, uno de cada cuatro agentes de la DINA fue graduado en este centro militar castrense, que pasó a llamarse «Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica», como resultado de los múltiples cuestionamientos realizados por la SOAW.
«Ella nos dijo que conocía la historia de esta escuela y lo que ha significado para Chile. Sin embargo, nos planteó que iba a sugerir, mas no podía imponer, que se dejaran de enviar soldados y oficiales a Estados Unidos», explicó Sullivan.
Durante su estancia en Santiago, el grupo sostuvo múltiples encuentros con las autoridades locales para frenar la capacitación de soldados chilenos, tal como lo hicieron en Uruguay, Argentina, y Venezuela donde, según indicaron, accedieron a la petición.
En declaraciones que reproduce hoy el periódico digital El Mostrador, Sullivan admite que se van decepcionados de Chile, porque no fueron recibidos por ninguna autoridad de gobierno para tener una respuesta definitiva sobre la situación.
Sin embargo, advirtieron que volverán a presionar al Ejecutivo a través de un proyecto de ley que presentará, en octubre próximo, el diputado independiente Tucapel Jiménez en el congreso, y que es apoyado por numerosos legisladores.
La lucha frontal contra la Escuela se inició cuando en 1989 fueron asesinados seis jesuitas en El Salvador, y una comisión del congreso estadounidense decidió investigar el asunto. Antes (1980), habían sido asesinados monseñor Oscar Romero y dos hermanas de su congregación.
Los legisladores norteamericanos se encontraron nuevamente con que la mayoría de las autores de la masacre habían sido entrenados y formados en su propio país.
Desde su establecimiento en Panamá en 1946 con el surgimiento de la denominada guerra fría, el centro estadounidense enseñó a matar y a torturar a 64 mil oficiales de 18 países latinoamericanos. De ellos, tres 500 han sido chilenos, de acuerdo con denuncias.
Además de los integrantes de la plana mayor de la DINA, por sus aulas también pasaron personajes como los ex dictadores Hugo Banzer (Bolivia), Leopoldo Galtieri (Argentina) y el jefe de los escuadrones de la muerte salvadoreño, Roberto D Aubuisson.
Santiago de Chile, 3 de septiembre 2006
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