Los parlamentarios Rafael Moreno y Jaime Mulet, los dos hombres más cercanos al presidente de esa agrupación, Adolfo Zaldívar, avalaron la seguidilla de denuncias efectuadas por la oposición a La Moneda y al papel asumido por el mandatario a lo largo de la campaña.
Moreno calificó de «contradictorios y contraproducentes» los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo en los últimos días -cambio al sistema binominal, subcontratación, ley indígena-, agregando que «son maniobras que no ayudan en nada».
El vicepresidente de la DC fue más allá y dijo que las iniciativas «en el fondo suenan más a intervención electoral que a otra cosa», y lejos de ayudar perjudican a la candidata oficialista Michelle Bachelet, que no necesita que Lagos la represente.
En la misma línea, el secretario nacional de la DC, Jaime Mulet, afirmó que «Michelle Bachelet, claramente, es la líder de la Concertación (coalición oficialista), se basta a sí misma y no requiere ninguna ayuda desde el gobierno para ser Presidenta de Chile».
Mulet -quien es director ejecutivo de la campaña de Bachelet- dijo que «a veces hay algunos funcionarios que se quieren lucir ante Michelle y cometen ciertos yerros que no necesariamente contribuyen a la campaña».
El martes, durante la sesión especial convocada por diputados de la oposición para debatir sobre el tema, los diputados DC María Eugenia Mella, Jorge Burgos y Waldo Mora marcaron diferencias con sus compañeros de la coalición.
Mora recordó en la sesión, además, que hace algunas semanas firmó la interpelación al ministro correspondiente para que viniera a explicar denuncias que se estaban haciendo sobre intervención electoral o posibles hechos de corrupción.
Fuentes partidistas señalaron hoy que esta arremetida contra el gobierno a días de la elección busca demostrar la molestia de la mesa directiva de la democracia cristiana por el «excesivo» protagonismo de Lagos en la campaña, especialmente en los últimos días.
Además de la presentación de los proyectos legislativos, identificados claramente como una maniobra electoral, el mandatario aparece todos los días inaugurando obras, muchas no terminadas aún, o visitando lugares como si fuera el verdadero candidato a La Moneda.
Ayer, mientras la policía de Carabineros arremetía en Temuco contra un grupo de mapuches, encabezados por el ex candidato presidencial y líder del Consejo de Todas las Tierras, Aucán Huilcamán, Lagos recorría la Región de la Araucanía recabando el voto indígena para Bachelet.
Desde el inicio de la campaña, el abanderado de la ultraderecha opositora, Sebastián Piñera, no ha dejado de acusar a Lagos y su gabinete ministerial por su presunta participación, con los recursos del Estado, en la campaña presidencial de Bachelet.
«Presidente Lagos, deje de una vez por todas de intervenir!Los chilenos somos personas libres y queremos decidir con libertad», afirmó Piñera esta semana en un acto de su campaña.
El senador derechista Alberto Espina, en tanto, dijo que Bachelet y el presidente Lagos «encabezan la campaña más sucia de la historia».
En medio de las aplastantes críticas, Lagos dio ayer un paso al lado en el debate electoral y legislativo y pronunció un discurso más conciliador y alejado del tono agresivo y autoritario asumido antes.
«El domingo, cuando finalice la campaña presidencial, vamos a tener claridad sobre quién va a ser el próximo presidente y creo que a partir de ese momento tenemos que trabajar todos juntos unidos en torno a la persona que va a dirigir los destinos del país», afirmó.
Santiago de Chile, 12 de enero 2006
Crónica Digital/PL , 0, 69, 3
