Tras esto alza la vista y luego repite el proceso, en ocasiones varias veces. Si adelantas la mano y los acaricias, les estimulas a seguir rozándose contigo y, a menudo, empujará el lateral de su boca contra tu mano, o apretará hacia arriba con la parte superior de la cabeza. Luego, llegado el momento y una vez completado su ritual de saludo, se alejará, se sentará y comenzará a lamerse el pelaje.
Todos esos elementos tienen una significación especial. En esencia, lo que el gato hace es llevar a cabo un intercambio de olores entre tú y él. Posee unas glándulas especiales en las sienes y en el aliento. Otra está situada en la raíz de la cola. Sin que te des cuenta, tu gato te ha marcado con su aroma procedente de esas glándulas. La fragancia felina es demasiado delicada para nuestro burdo olfato, pero es importante que los amistosos miembros de la familia del gato compartan los olores de esta forma. Esto le hace al gato sentirse más en casa con sus compañeros humanos. Y también le es importante rastrear con el olfato y lo consigue con el flanco, el elemento de frotamiento de su saludo, luego se sienta y lo prueba con su lengua, tan sólo con lamerse el pelaje que acaba de frotar tan cuidadosamente contra nosotros, sus hermanos mayores, los humanos.
Fuente: animales.cl
Santiago de Chile, 5 de octubre 2006
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