De confirmarse los resultados de la investigación, realizada por un equipo de la Facultad de Medicina de ese alto centro de estudio durante más de seis años, se convertiría en un enorme avance en el estudio del peligroso virus que se produce a través de los ratones.
El tecnólogo médico Luis Zaror, quien encabeza el grupo, dijo que el hecho cobra especial importancia, ya que permite estrechar la brecha que podría comprobar la hipótesis de que el virus se puede transmitir a través de la saliva.
«Conseguimos glándulas de pacientes fallecidos, lo que nos permite hoy claramente visualizar antígenos virales en las glándulas salivales. Eso confirma con mucha certeza que la transmisión interhumana es posible», agregó.
La médico microbióloga del grupo científico, Maritza Navarrete, es más cauta y afirmó que lo que se ve en una necropsia «es una foto», con la cual se pueden hacer interpretaciones, pero aún no de manera categórica.
«El hecho de que encuentres el virus en las glándulas salivales no significa que sepas cuánto es la carga, cuánto es el contacto directo. Aún no podemos decir que a través de la saliva se transmite el Hanta», afirmó en cambio la científica.
Subrayó que lo que el equipo busca saber con exactitud es cuáles son las vías a través de las cuales se puede transmitir y en ese marco realizaron estudios a nivel de pulmón y glándulas salivales.
«Lo que hemos descubierto es que el virus está a nivel del epitelio respiratorio pulmonar y en las glándulas salivales en bajas concentraciones. Esto es lo que no se conocía», explicó Navarrete.
El descubrimiento se realizó gracias a la utilización de una técnica que se usa para efectuar diferentes diagnósticos, como el Alzheimer, el cáncer y otras enfermedades, según las fuentes.
«Se trata de buscar la presencia de partículas virales en los tejidos, lo que se logra a través de la aplicación de un anticuerpo que reacciona con el virus», explicaron.
El estudio comenzó en 2000 y, según Navarrete, ha sido complicado avanzar, ya que no es fácil aplicar la técnica, «porque cuando el paciente fallece por Hanta no siempre se le efectúa necropsia, que tiene confirmación por medio de otras técnicas».
Otro de los puntos conflictivos que menciona la doctora es que «cuando trabajamos en esto debemos estudiar la presencia del virus con diferentes tipos de anticuerpos para confirmarlo» y luego ver la distribución a nivel de las células.
Inicialmente el equipo logró comprobar el contagio del Hanta entre roedores, descubrimiento que está patentado: la presencia del virus en las glándulas salivales de los ratones.
El caso que llevó a la comunidad científica a aceptar que hay contagio interhumano fue el de una argentina que en 1997 se contagió en Bariloche, y luego de viajar a Buenos Aires contagió a otras 16 personas que no estuvieron expuestas a fecas de ratones.
Según cuenta Zaror, el virus que tenía el paciente de Bariloche era el mismo de las otras 16 personas contagiadas. «Los estudios posteriores demostraron que la secuencia genética del virus presente en todas las personas infectadas era la misma», dijo
Santiago de Chile, 3 de enero 2006
Crónica Digital/PL , 0, 52, 10