La Comisión de Educación, en su cuarta jornada de análisis en particular, sólo ha avanzado 18 hojas del texto, de un total de 208 páginas. Mientras el oficialismo acusa a la derecha de querer obstruir el avance de la reforma, la oposición apela a la falta de voluntad para llegar a acuerdos.
Un lento avance se registra en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados en el despacho del proyecto del Ejecutivo (boletín 9366) que regula la admisión de los y las estudiantes, elimina el financiamiento compartido y prohíbe el lucro en los establecimientos educacionales que reciben aportes del Estado.
“Va exasperadamente lento. Es evidente que hay una intención de hacerlo lo más lento posible de lo que sería deseable y, en lo propio, tengo un reglamento que respetar, pero vamos muy lentos. En una sesión avanzamos dos páginas. El comparado tiene 208 hojas y vamos en la 18”, enfatizó el presidente de la instancia, diputado Mario Venegas (DC).
El legislador indicó que hay acuerdo para sesionar en Santiago el lunes, en la mañana y en la tarde, así como para el martes. Sin embargo, recalcó que, en la medida en que el avance siga al actual ritmo, será necesario disponer de más tiempo, debiéndose convocar a todas las sesiones que sean necesarias para votar todos los artículos y las indicaciones presentadas.
El diputado José Manuel Edwards (RN) lamentó el debate que se ha dado al interior de laComisión de Educación y la falta de voluntad para llegar acuerdos mínimos. “Acá hay una muralla que no permite lograr acuerdos que faciliten la tramitación y si eso no existe para ningún punto de nada, evidentemente que las mismas discusiones se repiten en cada uno de los artículos. Acá no se está parlamentando sino que se está poniendo una aplanadora de ocho votos contra cinco”, puntualizó.
Indicó que el oficialismo rechaza, cada vez, las indicaciones que la oposición presentó para asegurar y fortalecer la libertad de los padres de elegir; para respetar la autonomía de los colegios de la injerencia impropia del Estado; y para exigir que la reforma educacional nivele hacia arriba en vez de nivelar hacia abajo.
Estimó que un proyecto estructural, de esta naturaleza, con tantas diferencias entre los parlamentarios, incluso de una misma coalición política, no puede votarse en ocho días. “Creo que está mal planteada la forma en la cual se está discutiendo y cuando se hacen las cosas a la rápida se hacen mal y eso es lo que está ocurriendo en este minuto”, acotó.
El parlamentario dijo que la suma urgencia que le puso el Gobierno a la iniciativa “es ridícula” y apeló a más tiempo para efectuar el trámite.
La iniciativa se encuentra actualmente calificada con urgencia suma. Esto implica quince días para efectuar el trámite legislativo que se distribuyen de la siguiente forma:
1. Ocho días para el informe de la Comisión técnica.
2. Cuatro días para el informe de la Comisión de Hacienda.
3. Tres días para la discusión y votación en la Sala, al término de lo cuales, en todo caso, deberá votarse.
En el caso de no estar despachado el proyecto, al término de la última sesión que celebre la Comisión en el día del vencimiento del plazo, deberá declararse cerrado el debate y procederse a la votación, hasta el total despacho del proyecto.
Santiago de Chile, 26 de septiembre 2014
Crónica Digital / Agencias