La investigación fue realizada por un equipo del centro Pasteur dirigido por Thomas Bourgeron, los servicios psiquiátricos de los profesores Marion Leboyer, de Créteil, Marie Christine Mouren-Simeoni y Robert Debré, de París, y el titular Christopher Gilberg, de Goterburgo.
De acuerdo con una nota de prensa, los científicos identificaron el gen en el cromosoma 22, que se involucra con el autismo en el proceso de maduración cerebral. Juega igualmente, un rol central en los niveles de comunicación entre las neuronas.
Es apenas una pieza más en la aspiración de armar el complejo crucigrama del autismo, que sigue siendo un gran misterio, dijeron los descubridores.
El grupo del doctor Bourgeron, especializado en la genética humana y funciones cognitivas, logró en 2003 definir que personas con autismo y sin retraso mental (autismo de alto nivel), adquieren la enfermedad en las mutaciones de dos genes.
Estos están codificados en las neurologíneas situadas en el cromosoma X. Las neurologíneas son proteínas implicadas en la formación de las zonas de comunicación de las neuronas, explicaron los científicos.
En Francia están registrados 100 mil casos de autismo, pero es particularmente dramático el panorama de 40 mil adolescentes y niños que sufren de una insuficiencia del padecimiento sin un tratamiento preciso.
Paris, 20 de diciembre 2006
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