José M. Miranda, alias Chema, confesó la víspera que a sus manos fueron a parar 73 cheques de la empresa Perfect Image, por un valor de 122 mil dólares, en compensación a sus favores a la compañía.
Miranda se declaró culpable, tras aceptar que tenía un acuerdo con el dueño de Perfect Image, según el cual él recibió durante tres años una parte del dinero que la productora cobraba al canal por servicios, precisa la edición en español del diario The Miami Herald.
Las actividades de sobornos estuvieron vigentes desde noviembre de 2001 hasta diciembre de 2004, señaló la fiscalía federal.
«Basándonos en las pruebas reunidas en entrevistas y documentos, el acusado Miranda llegó a recibir hasta el 50 por ciento que TV Martí pagaba al vendedor», indica un comunicado de la procuraduría.
En noviembre último, el ex directivo fue acusado también de mentir al gobierno federal al no declarar sus ingresos adicionales en la documentación tributaria correspondiente a los años 2002, 2003 y 2004.
Documentos oficiales precisan que, de 2001 a 2006, Perfect Image recibió al menos 239 mil dólares por parte de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB), agencia gobernamental destinada a promover a través de radio y televisión la subversión interna en Cuba.
Los primeros ensayos de la televisora contra el país caribeño comenzaron en 1989, ordenados por la administración del presidente George Bush (padre). El 27 de marzo de 1990 salió oficialmente la primera programación.
Decenas de millones de dólares de los contribuyentes norteamericanos han sido asignados a esas transmisiones durante más de casi 17 años, en abierta violación de las regulaciones internacionales de telecomunicaciones.
Estados Unidos ha utilizado diversos soportes técnicos (torres, barcos, aerostatos y aviones) para tratar que la señal audiovisual sea recibida en Cuba, sin embargo las autoridades cubanas lograron bloquear el desestabilizador canal.
Esas transmisiones son un ingrediente clave del informe de la llamada Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, establecida por el presidente estadounidense, George W. Bush, en su intento de destruir la Revolución Cubana.
Como parte de la ofensiva mediática, Washington multiplicó la frecuencia de los vuelos ilegales de la nave aérea EC-130J que transmite señales de radio y televisión contra la isla, en una acción calificada de sumamente peligrosa por La Habana dedibo al carácter militar del aparato.
Ayer martes, el director de la Oficina de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, Fabio Leite, calificó de inadmisibles las transmisiones ilegales de radio y televisión de Estados Unidos contra Cuba, más si están destinadas alentar la subversión.
Leite, quien asiste a una convención internacional sobre informátiva en la capital cubana, aseguró que a su regreso a Ginebra denunciará personalmente la agresión radioléctrica de Washington hacia la isla, que suma más de dos mil 400 horas semanales, en 30 frecuencias.
Washington, 15 febrero 2007
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