La inmensa mayoría de un millar de empresarios que asistieron la víspera al Encuentro Nacional de la Empresa (Enade 2005), coincidieron en que no hay muchas diferencias entre la oficialista Michelle Bachelet y los opositores Joaquín Lavín y Sebastián Piñera.
Según la empresa encuestadora Icare, el mundo privado cree que tanto la postulante socialista como los de la extrema derecha, los tres con mejores opciones a La Moneda, les ofrece garantía y confianza de que nada cambiará en Chile.
La complacencia por el continuismo se vio reforzada por los resultados del sondeo, en el cual el 92 por ciento de las empresas pronostica un 2006 mejor o igual que este año para sus negocios y un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 5,2 por ciento.
En este escenario y con un discurso autocomplaciente, el presidente Ricardo Lagos fue el más aplaudido por los empresarios, mientras que el candidato de Junto Podemos Más, con un atrevido lenguaje antineoliberal, recibió las únicas rechiflas.
El gobernante recordó con ironía la desconfianza que despertó su pasada militancia socialista en el mundo privado cuando en 1999 se presentó también como candidato en un foro similar, y el alto grado de aprobación que recibe ahora en su despedida.
Lagos contaba al inicio de su gobierno con un margen de aprobación cercano al 48 por ciento y terminará el 11 de marzo próximo con índices superiores al 60, gracias en gran medida al apoyo que recibe -paradójicamente- de sectores de la extrema derecha opositora.
De los candidatos ahora con mejores opciones, los empresarios consideran a Lavín y Piñera como los mejores preparados para gobernar desde el punto de vista de dominio de los temas económicos, mientras Bachelet es percibida como la que mayor estabilidad social promete.
Esto fue confirmado por la ex ministra de Defensa, quien tratando de mantener el difícil equilibrio entre el mundo empresarial y laboral, se reunió horas antes con dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
«Voy a tomar todas las decisiones pensando en el bien del país y buscando articular los intereses distintos y una solución en el interés de las grandes mayorías, en el interés del bien común», afirmó Bachelet a ambos bandos por igual.
Hirsch, en cambio, asusta a los grandes empresarios con sus propuestas de cambios al modelo neoliberal que tan buenos dividendos les ha dado, y de aumentar impuestos a las grandes transnacionales, terminar con la carrera armamentista y mejorar vínculos con sus vecinos.
El líder izquierdista disparó duro contra el sistema, al que atribuyó las grandes desigualdades sociales, el alto índice de desempleo, de delincuencia, los bajos niveles de salud, educación y prevención social. «Esto es una bomba de tiempo», advirtió.
Planteó que los Tratados de Libre Comercio suscritos por Chile están negociados para «favorecer a las grandes transnacionales y poderosos sectores económicos en detrimento de las pequeñas y medianas empresas», y propuso una mayor inserción en América Latina.
Santiago de chile, 30 de noviembre 2005
Crónica Digital , 0, 78, 3
Lo de los empresarios , aplaudiendo a Lagos es notable.
Aún asi hay weones tontos, que le creen el cuento «socialista» a este pelafustan.