Desde su elección el pasado 15 de enero, la ex ministra de Defensa está abocada a escoger a sus principales colaboradores en medio de fuertes presiones de los partidos que integran la coalición oficialista por cuotas de poder y la expectativa generada en la población.
Bachelet ha insistido en que pretende nombrar a «los mejores y las mejores» cartas para constituir un gabinete fuerte, en línea con sus objetivos de cambiar la manera de hacer política y transformar a Chile en un país más igualitario y participativo.
En ese escenario, las fuertes disputas por liderazgo que divide a la DC se presenta como uno de los principales obstáculos para escoger de sus filas a los que serán sus colaboradores, sin verse envuelta en el conflicto.
El partido -que tendrá elecciones internas en abril próximo para renovar su dirigencia- está dividido en dos grandes corrientes: una que encabeza su presidente, Adolfo Zaldívar, y otra que lidera la ex canciller Soledad Alvear.
Bachelet ha tratado de llevar las relaciones políticas con los líderes de cada agrupación, pero al hacerlo en el caso de la DC deja fuera a los seguidores de la senadora electa, que temen ser marginados del gabinete gubernamental en marzo próximo.
Los disidentes salieron descontentos la víspera de una reunión de la comisión que negocia los nombres que propondrá el partido a la presidenta electa y en la cual esperaban avanzar en el espinoso tema, cuando apenas faltan cuatro días para que se anuncie la composición del gobierno.
«No alcanzamos a proponer nombres, porque Zaldívar se opuso. El perfil de ministeriables que nosotros proponemos no se corresponde con la gente que él quiere instalar», explicó un representante de los alvearistas.
En la reunión estuvieron presentes Zaldívar y su vicepresidente Rafael Moreno, mientras que por la disidencia asistieron Jorge Pizarro, Jorge Burgos y Mariano Ruiz Ezquide. El ex presidente Eduardo Frei, figura emblemática en la DC, estuvo ausente.
Uno de las principales preocupaciones giran en torno al candidato que propondrá la cúpula del partido a Bachelet para ocupar el Ministerio del Interior, una cartera que en Chile funciona como una virtual vicepresidencia del gobierno.
El favorito, Andrés Zaldivar, si bien no integra formalmente ninguna de las tendencias internas y sería por tanto aceptable para los disidentes, no tiene todo el apoyo de su hermano, quien prefiere al senador saliente, Rafael Moreno, un hombre de toda su confianza.
En el resto de los partidos, mientras tanto, también se aprecia incertidumbre y preocupación por el hermetismo que ha caracterizado la gestión de la futura gobernante, a pesar de que ésta ha asegurado que respetará en lo posible la correlación de fuerzas internas.
Los socialistas, partido al que pertenece Bachelet, han intensificado en los últimos días su campaña en favor de Luis Maira, actual embajador en Argentina, como el próximo canciller, toda vez que ven como cierto el riesgo de no obtener ningún ministerio político.
La Concertación, coalición que gobierna Chile desde 1990, está integrada, además de la DC -que representa el sector más conservador- por los partidos Socialista, por la Democracia y Radical Social Demócrata, que integran el llamado progresismo.
Todos aspiran a ocupar alguno de los llamados ministerios de La Moneda, donde pueden ejercer mayor influencia en la política del gobierno y vínculos más directos con la población.
Santiago de Chile, 27 de enero 2006
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