La concesión fue aprobada el miércoles por la Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA) de Atacama, en la norteña III Región, en medio de fuertes protestas, a la que se sumaron también la Central Unitaria de Trabajadores y organizaciones políticas y estudiantiles.
Aunque la resolución oficial prohíbe que se intervengan los glaciares que cubren las grandes vetas de oro y plata en el denominado proyecto Pascua Lama, los especialistas consideran imposible la explotación sin afectar la integridad del hielo.
Tras una reunión en la Plaza Constitución, frente al Palacio de La Moneda, el encargado de minería y medio ambiente del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), César Padilla, calificó de «decepcionante» la decisión del gobierno.
Dijo que aunque no fueron sorprendidos por la medida, tenían la esperanza de que el presidente Ricardo Lagos y la mandataria electa Michelle Bachelet hicieran efectiva sus promesas de proteger los glaciares y el medio ambiente.
El especialista desestimó lo expresado por el Intendente y presidente de la COREMA de la III Región, Rodrigo Rojas, en el sentido de que las restricciones impuestas al proyecto garantizan que no habrá daños al equilibrio ecológico de la zona.
Resaltó que el hecho de que no se intervenga directamente los glaciares -una de las principales restricciones a la empresa canadiense- no significa que no vayan a desaparecer. «Una cosa es no intervenir y otra cosas es proteger», precisó.
Explicó que toda actividad minera aumenta la temperatura del entorno, genera polvo en suspensión y esos son factores que van a hacer que los glaciares Toro I, Toro II y Esperanza, en la frontera cordillerana con Argentina, desaparezcan.
Padilla recordó que Barrick Gold ha estado haciendo exploraciones por más de diez años en el lugar y «ya ha intervenido en los glaciares, los que han retrocedido entre un 50 y un 70 por ciento», aún sin comenzar a trabajar.
En tanto, Susana Conejeros, miembro del equipo de coordinación de Acción Anti Pascua Lama, explicó que la protesta frente a La Moneda tiene un significado, ya que «es un lugar que tiene que ver con la toma de decisiones del país y seguramente con la decisión de este proyecto».
Bernardo Reyes, director del Programa Economía Ecológica del Instituto de Ecología Política (IEP), aseveró que lejos de celebrar la resolución de la COREMA sobre Pascua Lama, el IEP mantiene viva su preocupación.
«Aprobar el proyecto bajo la premisa de no intervenir los glaciares, es una ambigüedad, ya que indirectamente se logrará el deterioro y desaparición de los mismos», insistió el especialista.
Señaló que la acumulación de polvo y material particulado sobre los glaciares, producto de las tronaduras, la construcción de obras y el tránsito de camiones, es otra forma de acelerar su desaparición, modificar su curso de vida natural y los recursos de aguas existentes.
Todas las reacciones apuntan a que los canadienses no podrán ejecutar el proyecto sin causar un daño a las masas de hielo, situación que afectará el equilibrio ecológico del sector al disminuir los recursos hídricos en una de las zonas más áridas del mundo.
Antonia Fortt, ingeniera medioambiental de la Fundación Oceana, cree que la única manera de no afectar los glaciares es cancelando la extracción de material.
«Nos parece difícil que lleguen al borde de los hielos y no los afecten. Las minas de tajo abierto emiten mucho polvo y al oscurecerse los glaciares comienza su proceso de derretimiento», argumentó.
La concesión aprobada permitirá a la Barrick Gold, la minera más grande del mundo de su tipo, extraer unos 17 millones de onzas de oro que existen en la zona. El monto de la inversión se estima en unos mil 500 millones de dólares en los próximos 20 años.
Santiago de Chile, 17 de febrero 2006
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