En el caso uruguayo, dos plantas de celulosas amenazan el ecosistema de la ciudad de Fray Bentos, mientras que en el lado chileno una minera canadiense destruirá uno de los pocos lugares libres de contaminación del país.
Tal como se esperaba, la Comisión Regional del Medioambiente (Corema) de la III Región de Atacama, en el norte de Chile, aprobó el proyecto minero Pascua Lama, demostrando que los organismos técnicos del Estado carecen de autonomía y sucumben ante las presiones políticas.
Pese a que la minería del oro es una de las más contaminantes del mundo Pascua Lama verá la luz frente a la negligencia cómplice del gobierno de Ricardo Lagos. Los efectos sociales y ambientales no son advertidos en la mirada miope de las autoridades que centran su discurso en la necesidad de apoyar proyectos como éste para tener un crecimiento económico sostenido.
En Pascua Lama, una vez más observamos una dicotomía que no existe, pues se quiere hacer creer que la preservación del medioambiente es una traba para el progreso de una nación. Apelar al desarrollo sustentable es justamente apostar por un justo crecimiento del país en todas sus áreas. Barrick Gold es la principal minera del mundo y espera en 20 años de explotación apropiarse de 10 mil millones de dólares en recursos naturales de todos los chilenos. Obviamente, con un enorme costo para el medioambiente y para la comunidad aledaña. Esto no es desarrollo, pero la casta política chilena no lo entiende.
Para extraer 17 millones de onzas de oro, Barrick dinamitará tres glaciares que nutren de agua al valle del Huasco en la Tercera Región de Chile. Ahí se encuentra el desierto de Atacama, el más árido del mundo, y el agua escasea, por lo que el daño ambiental de Pascua Lama será irreparable porque contaminará las fuentes de vida y de trabajo de miles de pequeños agricultores.
Mientras en el agua habrá mercurio, los habitantes del Huasco respirarán arsénico y otras emisiones tóxicas de la minería del oro. Pero qué importa cuando se trata de una inversión tan millonaria, que elevará los indicadores del Producto Interno Bruto y dejará contento a las autoridades del momento. Esas mismas que no entienden de qué se trata el desarrollo.
Ni siquiera los nefastos precedentes de otros desastres ecológicos han alertado a quienes deben velar por el resguardo medioambiental. El caso más paradigmático del último año ocurrió en el río Cruces de Valdivia, donde la planta de celulosa de Anacleto Angelini acabó con la vida en un Santuario de la Naturaleza, protegido internacionalmente. La fábrica de pasta de papel es similar a las que se instalarán en Uruguay, en la ciudad de Fray Bentos. Obviamente, las empresas a cargo del proyecto cuentan con el respaldo de Tabaré Vázquez, pues el interés económico es mayor que la preocupación por los habitantes del país.
En Chile, la lógica es idéntica. Sumisión total frente al poder avasallador de los grandes grupos económicos, que se materializa en el actual modelo de acumulación, y no de desarrollo, que estimulan las autoridades gubernamentales. La acelerada conversión de capital natural en capital financiero ha puesto a Chile como vitrina para quienes quieren copiar el modelo neoliberal en Sudamérica. Al parecer, Vázquez pretende replicar esta lógica perversa en Uruguay y es capaz de gestionar directamente con el Banco Mundial los préstamos para las empresas Ence y Botnia, para que éstas instalen sus plantas de celulosas en Fray Bentos de una vez por todas.
Para mal de los uruguayos y del medioambiente, Lagos encontró un símil en Vázquez. Así las cosas, pronto en Uruguay habrá un proyecto parecido a Pascua Lama. Ojalá no se repitan, eso sí, los mismos males que Lagos ha amplificado en Chile, como la escandalosa distribución del ingreso, los grandes desastres ecológicos, el triunfo de los conglomerados económicos y la desesperanza de los millones de chilenos alejados de lo que los gobiernos en Sudamérica llaman desarrollo.
Por: Marcel Claude. El autor economista y director de Fundación OCEANA. Colaborador de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 17 de febrero 2006
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