Más de 400 líderes sindicales, campesinos, defensores de los derechos humanos y miembros de redes sociales de América Latina y Europa avalaron la víspera el llamado de alerta hecho en la inauguración del V Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA.
Al dejar abierto el foro, que se extenderá hasta el próximo día 15, el director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) de Cuba, Osvaldo Martínez, advirtió que el proyecto proestadounidense «no está muerto, y se expresa de diversas formas».
«Como virus maligno, el ALCA ha mutado, ahora mantiene la esencia del proyecto de dominación para apoderarse del petróleo y el gas, agua, biodiversidad, mercados y fuerza de trabajo de la región», subrayó Martínez al hablar en el capitalino Palacio de Convenciones.
Remarcó que tras el fracaso que significó para Washington la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, Argentina, en 2005, la referida iniciativa pretende camuflarse como Tratado de Libre Comercio (TLC) «envuelto en la propaganda de la liberalización comercial».
La Casa Blanca, y en particular el presidente George W. Bush, pretendía que antes de concluir el pasado año quedara firmado el compromiso del ALCA, pero recibió un mayoritario rechazo a nivel continental.
«El gobierno de Bush hizo un esfuerzo supremo por darle respiración artificial y revivirlo en la cumbre de Mar del Plata», dijo Martínez.
Allí -prosiguió- el intento de reflotar el ALCA se fue al fondo también por la combinación de una masiva y combativa demostración de los movimientos sociales.
Insistió en que ahora el proyecto en su versión original «está congelado, es una victoria, pero -acotó- no es todavía el triunfo en la guerra, ni ha llegado el momento de deponer las armas».
De acuerdo con el reconocido economista cubano, el ALCA es una de las expresiones de un proyecto de dominación continental para el saqueo a fondo de la región.
Advirtió los TLC bilaterales y plurilaterales «son pequeños ALCAs en los que se condensan los contenidos del paquete de políticas neoliberales y en los cuales el énfasis propagandístico se pone en las bondades del libre comercio».
En dichos tratados el neoliberalismo queda consagrado como política económica y convertido en obligación jurídica de los estados, prosiguió, al asegurar que ese es el modelo que tercamente Washington sigue queriendo para Latinoamérica y el Caribe.
Actualmente, tres países (Canadá, México y Chile) tienen TLC con Estados Unidos en pleno funcionamiento, mientras en otros seis (los cinco de Centroamérica y República Dominicana) está avanzado el proceso de ratificación por los parlamentos.
Martínez puntualizó que en cuatro naciones (Colombia, Perú, Ecuador y Panamá) se continúan las negociaciones con el país norteño, mientras con la Unión Europea -que a su juicio «es lo mismo»- suscribieron pactos comerciales México y Chile.
En otra parte de su intervención, afirmó que en la economía mundial globalizada y «transnacionalizada», dominada por gigantescas corporaciones, y donde Estados Unidos y Europa practican un cerrado proteccionismo selectivo, el libre comercio «es ficción».
«Hoy el llamado libre comercio es más que nunca antes una falacia y un señuelo para encubrir la verdadera política de dominación y explotación», enfatizó.
Y recalcó: «El libre comercio ni es libre ahora ni lo ha sido nunca, ni es ya siquiera comercio, de acuerdo al concepto clásico de éste, ni su práctica genera crecimiento económico».
La Habana, 13 de abril 2006
Prensa Latina , 0, 82, 11
