En lo que el diario La Prensa llama «un paso atrás», Choquehuanca precisó que la demanda a Chile de una salida al mar marchará junto al posible tratamiento del suministro de gas que el vecino -que conquistó las costas bolivianas en el siglo XIX- necesita.
«No ocurrirá que antes de llegar al mar vamos a vender gas a Chile», puntualizó el ministro, en medio de una verdadera marejada de críticas a declaraciones previas en la que virtualmente descartó la política de «gas por mar» establecida por un referendo en 2004.
Insistió sin embargo en que el actual gobierno no se siente comprometido por esa consulta, cuyos resultados, con 87 por ciento de votos, determinaron que Bolivia debe usar sus hidrocarburos como herramienta estratégica para recuperar una salida soberana al mar.
El punto parece no tener consenso en el propio gobierno, pues el influyente ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz, declinó opinar sobre la posición de Choquehuanca.
Aseguró que el canciller expondrá ante el gabinete ministerial y el presidente Evo Morales el tema, para concertar una posición única, pues en el gobierno hay diversos pareceres al respecto.
Soliz ha descartado reiteradamente la posibilidad de suministrar gas a Chile, porque lo impide el referendo de 2004 y ha propuesto en cambio negociar la venta de electricidad al vecino país.
Sobre las críticas a sus declaraciones, Choquehuanca dijo que la actual administración no está para cumplir el referendo, sino para realizar el anhelo del pueblo, de volver al mar y ratificó la política de acercamientos múltiples con Chile.
La controversia registró también declaraciones de los jefes de bancadas del Movimiento al Socialismo (MAS) en las cámaras de Diputados, César Navarro, y Senadores, Gastón Cornejo, quienes coincidieron en demandar respeto al mandato de la consulta de 2004.
Cornejo agregó que un eventual restablecimiento de relaciones con Santiago -rotas hace casi tres décadas por la desatención chilena a la demanda marítima- debe estar condicionado al otorgamiento por Chile de una salida soberana al mar.
El senador, entusiasta impulsor de reuniones de fomento de confianza con parlamentarios chilenos, apuntó que, en todo caso, una posible venta de gas a Chile tendría que ser consultada a la ciudadanía en un referendo, en el marco de la reivindicación marítima.
Navarro aseveró que «nosotros no vamos a rifar (botar) de ninguna manera lo que ha sido el referendo», aunque agregó que tampoco es deseable que el tema «nos ate y nos impida y nos enclaustre a nosotros como país, nos aísle de nuestros vecinos», explicó.
Representantes del grupo opositor Poder Democrático Social (Podemos), del ex presidente Jorge Quiroga, exigieron respeto a la política de «gas por mar», pese a que la administración de su líder (2001-02) promovió la posibilidad de suministrar el recurso a Chile.
Contra la cancelación de la política de «gas por mar», lema que según Choquehuanca no contribuye al desarrollo de las relaciones con Chile, se pronunciaron también dirigentes de organizaciones sociales que en octubre de 2003 protagonizaron una rebelión social.
Ese levantamiento ciudadano fue desencadenado por la percepción de que el presidente neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada se proponía exportar gas por las costas chilenas y lo obligó a renunciar pese a una represión militar con 67 muertos.
Esas protestas dieron un impulso decisivo al proceso de luchas sociales antineoliberales iniciado en 2000 y que derivó en la elección del presidente Evo Morales en diciembre de 2005.
Uno de los principales dirigentes de aquellas jornadas, Roberto de la Cruz, ahora concejal del vecino municipio de El Alto, advirtió al gobierno que el pueblo puede volver a movilizarse si se deja de lado la política de «gas por mar» y se olvida a los caídos en la lucha de 2003.
Por su parte, Martín Condori, del Consejo de Ayllus y Marcas (comunidades) del Qollausyu (nombre inca del actual territorio boliviano), sostuvo que la venta incondicional de gas a Chile es promovida por sectores de derecha camuflados en el gobierno.
El secretario ejecutivo de la Confederación de Campesinos, Isaac Avalos, fue tajante al señalar que la venta de gas a Chile debe estar condicionada a que el vecino país atienda la demanda histórica boliviana de una salida soberana al mar.
El líder de la Confederación de Indígenas del oriente del país, Adolfo Chávez, reivindicó la vigencia de la demanda de «gas por mar» y dijo que el gobierno, antes de cualquier negociación con Chile, debe informar a las organizaciones sociales sobre la situación de los vínculos con ese país.
El secretario ejecutivo de la central obrera del vecino municipio de El Alto, Edgar Patana, cuya organización tuvo gran protagonismo en 2003, criticó las declaraciones de Choquehuanca y exigió respeto al mandato popular expresado en el referendo.
«No puede haber negocios con Chile si primero no recuperamos nuestra salida al mar», sentenció Patana.
El ex canciller Javier Murillo dijo que vender gas a Chile sin condiciones sería un retroceso, aseguró no creer que esa sea la intención del gobierno y dijo que el resultado del referendo debe seguir vigente, en el sentido de que el gas debe estar presente en cualquier negociación con Santiago.
Murillo aludió también a los elogios de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, a las declaraciones iniciales de Choquehuanca, y apuntó que esas deben motivar alerta, pues significan que Bolivia se aleja de sus propios intereses para acercarse a los de Chile.
Por: Manuel Robles Sosa
La Paz, 30 agosto 2006
Prensa Latina , 0, 147, 3