Tapia adujo que «no procede hacerlo porque se estaría asumiendo una responsabilidad de hechos en los que no fue parte y que desconoce».
El ato magistrado, dijo que «hacer un mea culpa por el tema de las violaciones a los Derechos Humanos cometidas en dictadura es algo muy particular y no puedo hacerlo por un colega, porque le estaría atribuyendo responsabilidad en sucesos que no conozco».
Sobre esta materia declinó ahondar o entregar detalles de lo que será su posición, aunque no descartó que por la importancia que reviste para el país, sea uno de las prioridades durante su mandato, que se inicia el día 6 de enero próximo.
El jefe electo de la Suprema señaló que «los desafíos para su gestión van a estar definidos en las semanas venideras, pero que éstos se centrarán en sacar adelante las tareas pendientes entre el Poder Judicial y el Gobierno: Reforma al Código Civil, enmienda al sistema de calificación de jueces y el rol desempeñado por los Juzgados de Familia».
En este mismo ámbito, Tapia reiteró que uno de sus ejes es conseguir la autonomía plena de la judicatura, estimando que es de vital importancia por el rol social que cumple, por lo que espera la máxima colaboración de sus pares para llevar adelante los desafíos que se impongan.
«El Poder Judicial se merece ser considerado. Es un poder como ustedes saben se ha dedicado nada más a los conflictos y a la guarda de los derechos humanos que son dos grandes labores de este poder», dijo.
ANTECEDENTES
El presidente electo de la Corte Suprema, Enrique Tapia Witting nació el 11 de enero de 1933. Sus estudios universitarios los desarrolló en la Universidad de Concepción.
En octubre de 1958 se incorpora al Poder Judicial, como secretario del Juzgado de Letras de Coronel; en septiembre de 1960 es designado juez de letras de Yumbel, Coronel, Los Ángeles; y en abril de 1964 es elegido relator de la Corte de Apelaciones de Chillán.
Así también, entre 1966 y 1969, fue magistrado de las cortes de apelaciones de Temuco y Concepción.
Su llegada a la Corte Suprema se produjo en diciembre de 1997.
Santiago de Chile, 21 de diciembre 2005
Crónica Digital
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