Tras reunirse con Fernando Léniz, presidente de la Corporación de la Madera, CORMA, Navarro, denunció que muchos alcaldes de las comunas forestales, nos han señalado que a veces no les llega un peso por este impuesto. La débil institucionalidad del sector ha contribuido a que se mantenga y profundice esta deuda social que mantienen las empresas forestales con las comunas más pobres. Eso puede y debe terminar».
El parlamentario señaló que «también he sostenido reuniones de trabajo con Catalina Bau, Directora Nacional de CONAF, quien nos confirmó que para el cobro del impuesto territorial, un predio debe ser forestal, debe haber sido bonificado, y talado. Luego, deben pasar dos años después de la corta para cobrar el impuesto. No obstante, esto nunca se ha cobrado de manera masiva, ni sistemática».
Navarro dijo que el artículo 13º del Decreto Ley N° 701, de 1974, regula el otorgamiento de exención en el pago del impuesto territorial para aquellos casos de predios forestales y agrícolas, destinados a actividades forestales. Para hacer efectiva la citada exención tributaria, los empresarios forestales deben pedir directamente al Servicio de Impuestos Internos, esta franquicia presentando los respaldos documentales que otorga la CONAF. Esta exención, cesa 2 años después de concluida la primera rotación.
«Las razones para que este impuesto no se cobre -prosiguió- o sea, para que la exención se extienda a veces para siempre, son que la CONAF envía la información de los planes de manejo al SII, pero, esta es tentativa, pues los plazos de corta que maneja CONAF no son siempre efectivos. Además los planes de manejo no siempre se cumplen al pie de la letra, pues las subdivisiones de los terrenos plantados se talan alternativamente, por lo que el cálculo se complica más».
El legislador del PS señaló que «esto prueba que la información que envía CONAF no es la que precisa el SII, pero tampoco esto es culpa o déficit de administración de CONAF, pues no son ellos los llamados a fiscalizar, sino sólo a dar la información que tienen disponible. El SII debería ser más transparente, pues requerida la información, simplemente no la entregan. No hay transparencia activa en el SII. Pero entendemos que debemos trabajar con ellos para solucionar esta situación. No creo que el SII esté de parte de las empresas forestales. En suma, todos los actores deben elaborar un sistema de levantamiento de la información que sea tributariamente útil, eficaz y amistoso».
No obstante -añadió- nosotros criticamos al sector forestal, pues deberían pagar y no sentarse a esperar que existe un sistema ideal de tributación, o un levantamiento de información. Deberían pagar voluntariamente. Hoy infringen la ley afectando a la población más pobre del país. Esta es una cuestión de justicia tributaria, pero también de responsabilidad social de la empresa.»
Navarro indicó que estos impuestos son de beneficio municipal. Los ingresos generales producidos por este impuesto, se destinan y asignan en un 40% a la propia comuna que lo genera y el 60% pasa al Fondo Común Municipal que se redistribuye en todas las comunas del país. O sea, los programas de educación salud, trabajo, agua potable, electrificación y construcción de caminos, se están quedando sin los impuestos de las empresas forestales. Los municipios campesinos y forestales pobres no reciben un peso de esta actividad económica, lo que revela que el sistema falla y falla la moral del empresario que se aprovecha de este estado de cosas».
El parlamentario recordó que las comunas forestales son las más pobres del país. De acuerdo a cifras de la Casen del 2003, en la provincia de Arauco, el nivel de pobreza es 37,50% en Lebu; 22,44% en Cañete%; y 36,14% en Tirúa. En la provincia de Malleco: Collipulli tienje un 33,15% de pobreza; Ercilla un 33,97%; Lumaco, 32,43%; Los Sauces, 34,89%; Traiguén, 29,85%. En la provincia de Cautín los resultados son: Carahue, 27,62% de pobreza; Loncoche, 29,68%; y Galvarino, 35,68%.
Además -agregó- el Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas del 2003, que contiene índices por comunas, señala que estos municipios presentan índices de desarrollo bajo o muy bajo en salud, educación y remuneraciones. En la Casen 2006, la Región del BioBIo muestra un 15,5% de pobres promedio y un 5,2% de indigencia promedio. Es una región eminentemente forestal. Donde hay forestales hay pobres. ¿Y los impuestos?», preguntó Navarro.
Santiago de Chile, 14 de agosto 2007
Crónica Digital , 0, 32, 20