El mandatario abordó el «Air Force One» en el aeropuerto de Andrews, en las afueras de esta capital, junto a la comitiva que también lo acompañará en visitas a Letonia, Países Bajos, Rusia y Georgia.
Según trascendió, el canciller austriaco Wolfgang Schuessel, cuyo país detenta la presidencia pro-témpore de la UE, pedirá a Bush que cierre la prisión de Guantánamo, enclavada en territorio cubano en contra de la voluntad del gobierno y pueblo de la isla.
El Parlamento Europeo (PE) ratificó la semana pasada su petición a Estados Unidos para que cierre la cárcel, en la cual desde fines de 2001 permanecen recluidas casi 500 personas, al margen de toda asistencia legal.
Esa institución reclamó que la UE realice el pedido cara a cara al presidente Bush durante esta estancia en Viena.
El foro se pronunció a favor del cese de las torturas y manifestó preocupación por «el suicidio» de tres presos hace dos semanas.
La Eurocámara demandó que los prisioneros reciban un trato conforme al derecho humanitario e internacional, y que sean juzgados por un tribunal competente.
También exigió poner fin a las prácticas de humillación sexual a los detenidos, encadenamientos en posición fetal y el llamado submarino, consistente en sumergir al reo hasta casi ahogarlo.
Se espera que este miércoles unas 10 mil personas participen en una protesta masiva en Viena contra la visita del mandatario norteamericano.
Con lemas como «Bush, vuelve a casa» y «Frenen a Bush», los manifestantes planean partir desde el oeste de la ciudad y marchar hacia el centro, culminando en la iglesia de Votivkirche.
Entre los principales oradores estará Cindy Sheehan, madre de uno de los más de dos mil 500 soldados estadounidenses muertos durante la invasión y ocupación de Iraq.
Una reciente encuesta de la firma Gallup demostró que el 72 por ciento de los austriacos ve un personaje hostil en la figura de Bush.
El inquilino de la Casa Blanca pretende aprovechar la cita de Viena para afianzar las relaciones de aliados entre europeos y norteamericanos, que atravesaron por un mal momento tras la invasión de Estados Unidos a Iraq en marzo de 2003.
Washington intenta involucrar a naciones del viejo continente en el conflicto iraquí a través de las estructuras de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, lo cual encuentra especial reticencia de Berlín y París.
Otra problemática a debatir en la cumbre será el programa nuclear iraní, en medio de las presiones de Estados Unidos para que la república islámica abandone el enriquecimiento de uranio, pese a que sus autoridades aseguran que tiene fines civiles.
Washington, 21 junio 2006
Prensa Latina , 0, 47, 2