Tras un incidente a tiros con la Armada chilena el pasado viernes, los dirigentes comunales reafirmaron su determinación de luchar hasta las últimas consecuencias para bloquear los planes de la empresa de construir un ducto que descargue al mar sus residuos industriales.
CELCO, propiedad del poderoso grupo económico Angelini, tiene plazo hasta abril de 2007 para entregarle a la Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA) el Estudio de Impacto Ambiental del ducto, pero todo indica que la oposición de los pescadores los hará retrasarse.
Con sus pequeños botes de pesca y apoyados por el Comité de Defensa del Mar -formado desde 1996- los lugareños han lograrlo entorpecer hasta ahora la labor de los barcos contratados por la empresa para efectuar las mediciones y el estudio ambiental.
El ducto es la única posibilidad que queda a la planta para resolver el problema de sus deshechos, luego que tras una fuerte movilización de organizaciones ambientalistas se vieron forzados el pasado año a suspender el descargue de los rifles en el Río Cruces.
A poco tiempo de iniciar sus operaciones, en febrero de 2004, la planta provocó un desastre ecológico en el santuario Carlos Arwandter, donde murieron miles de cisnes de cuello negro, una de las aves más emblemáticas de Chile.
A petición de la empresa, la Armada chilena salió el viernes en defensa de sus barcos y disparó contra una flotilla de pescadores en una acción que provocó un fuerte rechazo de organizaciones ambientalistas y protestas frente al edificio de las Fuerzas Armadas.
Eliab Viguera, vocero del comité, aseguró hoy que el movimiento es pacífico y que la Armada mintió cuando declaró que fueron los pescadores los que dispararon. «Fueron ellos los que lo hicieron para amedrentarnos», sostuvo.
El líder ambientalista subrayó que la comunidad, con un fuerte apoyo de organizaciones sociales y ecologistas, se opondrán con más energía que nunca a la construcción del ducto para defender sus fuentes de vida.
«Con la muerte de los cisnes en el río Cruces quedó comprobado que Celco contamina, y al mar le pasará igual», recalcó.
El Comité de Defensa del Mar aglutina a pescadores y comunidades lafkenques de la zona quienes -entre 1996 y 1998- impidieron que la empresa realizara mediciones oceanográficas y de fondo marino, lo que fue determinante para que Celco descartara entonces la opción del mar.
Hoy, sin embargo, el mar vuelve a ser la alternativa, puesto que la COREMA de Los Lagos le exigió a la empresa, en julio de 2005, que descargue sus riles en un lugar distinto al río, pues allí murieron y emigraron miles de cisnes de cuello negro.
El gerente de Asuntos Corporativos de Celco, Charles Kimber, afirmó que no pierden la esperanza de dialogar con los pescadores para explicarles que sus riles no contaminan. «Todas las celulosas del mundo descargan al mar sin problemas», precisó.
A CELCO sólo le queda hasta hoy para instalar los correntómetros que tomarán las muestras, según explicó el intendente de la X Región, Jaime Bertín.
Los instrumentos deben estar 30 días en el mar durante las corrientes de invierno, que terminan el 21 de septiembre. En tanto, la posibilidad de que la empresa pida otra prórroga para la entrega del informe de su ducto al mar aumentan.
Santiago de Chile, 21 de agosto 2006
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