Los magistrados no soportaron el enorme peso de los intereses políticos y económicos que apoyan a Calderón y se subordinaron, lo que eliminó la posibilidad de alcanzar una sentencia que aún con una mínima diferencia de votos hubiera permitido certificar la elección, acotó.
Bautista, quién es profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), agregó que al reconocer múltiples irregularidades y considerar que fueron irrelevantes, el Tribunal ahondó la crisis que viven las instituciones públicas.
Por su parte, legisladores de los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT) anunciaron el comienzo de una estrategia de desconocimiento del mandatario electo ante instancias internacionales.
El jefe de gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas, no reconoció a Calderón y consideró que el país necesita entrar en una nueva etapa política.
El dictamen del Tribunal es el signo más emblemático del agotamiento del sistema político en que se encuentra la nación, aseveró.
En tanto, dirigentes del PRD negaron la posibilidad de un encuentro entre el opositor Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón.
Ricardo Monreal, vicecoordinador de los senadores, aseguró que una reunión entre ambos es imposible de realizar y ratificó que no se sumarán a un gobierno de cooperación. Vamos a ir a reformas profundas, recalcó.
Manifestó que Calderón carece de autoridad moral para llamar al diálogo, pues fue él quién promovió la campaña de odio y el que calificó a López Obrador como un peligro para México; por eso no tiene eco su llamado, afirmó.
Emilio Ulloa, también del PRD, consideró que el nuevo presidente enfrentará un desgaste similar al de Carlos Salinas de Gortari (1988-94), porque sus asesores lo posicionaron en medio de la mentira, y los resabios que arrastrará pronto se dejarán ver.
Ciudad de México, 7 de septiembre 2006
Prensa Latina , 0, 70, 2