En declaraciones a Prensa Latina, el líder parlamentario señaló que aún cuando el propósito es dañar a Cuba, al aplicar esta medida se están pisoteando los derechos de una nación europea, en este caso.
Se trata, dijo, de una política injerencista en los asuntos de las naciones europeas, y de otros continentes, aplicada contra la Isla durante casi medio siglo desde Washington.
Sin embargo, lamentó que ese bloque regional todavía no haya emitido una declaración de manera conjunta donde reconozca expresamente que las medidas coercitivas violan el derecho internacional.
Sólo sus parlamentarios, de manera individual, han manifestado su posición contraria al bloqueo, apuntó Alarcón en la sede de la Cancillería, tras intervenir en un foro interactivo sobre el Plan Bush y el recrudecimiento del bloqueo a su país.
Si uno analiza lo que el bloqueo ha significado también para esos países, lo menos que uno hubiera esperado es que se pronuncien al respecto públicamente en un texto, enfatizó.
Alarcón calificó el cerco económico de genocidio contra su pueblo y los países que comercian con la nación antillana, muchos integrados en la UE, sobre los cuales Estados Unidos ha aplicado una política como si ellos fueran sus vasallos.
Argumentó que esa política arbitraria se lleva a cabo fuera de los Estados Unidos y prohíbe, por ejemplo, a una empresa europea vender o comprar algo a Cuba.
Recordó Alarcón cómo desde 1959 ha habido actitudes de protesta desde ese continente, e incluso cuando la actual UE no existía, sino la Comunidad Económica Europea, ésta declaró ilegal y contraria a su soberanía ese conjunto de probiciones a su comercio.
Europa, agregó, ha ido avanzando aparentemente, creando una estructura más fuerte como la UE, sin embargo Estados Unidos se ha ido burlando de su soberanía.
Ejemplo de ello es cómo cuando la UE acusó a Washington ante la Organización Mundial del Comercio por aplicar la extraterritorial ley Helms-Burton, Estados Unidos logró que se retirara esta demanda.
El gobierno norteamericano condicionó su absolución a cambio de la promesa hecha por el entonces presidente William Clinton de tratar que el Congreso modificase los títulos tercero y cuarto de dicha legislación.
Pero ni Clinton, ni George W. Bush hicieron nada, y en el plan de 2004 el inquilino de la Casa Blanca aseveró que se van a aplicar esos títulos con mayor dureza, comentó.
«¿Dónde está la queja europea?», se cuestionó Alarcón, quien afirmó que «ni un estornudo se ha sentido desde la UE después de eso. Nadie se ha dado por enterado».
Realmente, aseveró el líder parlamentario cubano, Estados Unidos ha estado maltratando a sus amigos, que le han hecho grandes servicios y cooperan en muchos aspectos con la política norteamericana contra Cuba, excepto que no practican el bloqueo.
Cuba, acotó, espera un cambio de la UE, porque sus pueblos no van a aceptar que violen su soberanía ya que cada vez más amplios sectores defienden sus relaciones con este país caribeño, pese a lo que definió como flojera de algunos de sus gobiernos.
Alarcón manifestó su confianza en que los naciones integradas a ese bloque voten el próximo 8 de noviembre a favor de la resolución presentada por Cuba ante la Organización de Naciones Unidas respecto a la necesidad de poner fin al bloqueo norteamericano.
La Habana, 24 de octubre 2006
Prensa Latina , 0, 79, 7