Independiente de los delitos que una persona pueda cometer, nadie tiene derecho a apagarle la vida a otra persona.
Si el no respetar los derechos de las personas con discapacidad es un flagrante atropello a los Derechos Humanos, más lo es sentenciar judicialmente a una persona con el fin de quitarle la vida. La decisión deja en claro la forma colonial y prehistórica, de juzgar ciertos procesos por actos de lesa humanidad.
Saddam Hussein, el hombre que fue considerado responsable de violaciones a los derechos humanos murió ahorcado. El ajusticiamiento se produjo minutos antes de las 6:00 a.m. del sábado 30 de Diciembre (hora de Irak), tras los llamamientos de grupos de observadores internacionales, respecto a que su muerte no haría más que intensificar la «guerra civil» que sostienen sunitas y chiítas en ese país
La Unión Europea, gobiernos latinoamericanos, activistas por los derechos humanos y entidades humanitarias condenaron en las últimas semanas la decisión de ejecutar a Saddam Hussein. De hecho habían pedido la revisión de la medida y advertido que su aplicación generaría solo más violencia, en un país que ha sido golpeado durante cuatro años consecutivos por la barbarie norteamericana.
Superar el odio con más odio obedece a una lógica militar que solo ha dejado como herencia muerte, pobreza y discapacidad en todo el mundo. Sistemas que siembran odio, odio traen de vuelta. La muerte no se puede aplacar generando más muertes y menos aun, con muertes mediáticas del tipo Saddam.
El Amor es un concepto que algunos gobernantes se niegan a entender, por conveniencias políticas, económicas y de imagen. El asesinato de Hussein no es más que una táctica barata, utilizada por el actual jefe norteamericano para mejorar la deslavada imagen que ya tiene ante su propio pueblo.
Han sido miles los soldados norteamericanos muertos en Irak, cientos los veteranos de guerra que han vuelto a Estados Unidos para formar las filas de personas con discapacidad adquirida por combates bélicos. Cientos de miles de iraquíes muertos y amputados por las tropas de George Bush. ¿Sabrá Mr. Bush cuánto vale una sola vida humana?, sus padres no se lo enseñaron.
El Presidente de Brasil Lula da Silva señaló: «En mi opinión la muerte de Saddam Hussein no resuelve el problema de Irak… yo no sé si el juzgamiento de Saddam Hussein fue un juzgamiento o fue una venganza, una ejecución siempre es una noticia trágica, una razón de tristeza, incluso en el caso de una persona que es culpable de graves crímenes.
Por principio, Brasil es contrario a la pena de muerte, vetada por la Constitución Federal y ya demostró esa posición varias veces en votaciones en organismos de derechos humanos. Los que están ocupando Irak tienen que tener conciencia de que Irak sólo encontrará la paz cuando permitan que las divergencias internas sean resueltas por el propio pueblo iraquí, subrayó. Irak solo alcanzará la solución a sus problemas cuando los iraquíes tomen sus propias decisiones, acertadas y erradas y tengan el destino en sus propias manos».
«La prueba del compromiso de un gobierno con los derechos humanos se mide por la forma en que trata a sus peores ofensores. La historia juzgará duramente estas acciones», dijo Richard Dicker, director del Programa Justicia del grupo Human Rights Watch International.
Dado los crímenes atribuidos a Saddam, sería injusto si no se lleva a George Bush a un tribunal internacional. Saddam fue ejecutado por matar a 148 personas musulmanes shiitas, mientras Bush es responsable por la muerte de unos 600.000 iraquíes y otros tantos norteamericanos, desde la invasión de marzo del 2003.
No es un gran día para la democracia ni para los derechos humanos. La barbarie tiene que ser enfrentada por otros medios distintos a la barbarie. Había otras formas de castigar los actos de Saddam Hussein» dijo Louis Michel, comisario de la Unión Europea para el desarrollo y la ayuda humanitaria.
Tal es mi rechazo a la pena de muerte, como lo es también a la injustificable violación de la soberanía en Irak. No se puede estar a favor de acciones que producen violencia y destrucción, con cientos de personas discapacitadas producto de las invasiones y las guerrillas de uno y otro bando.
Washington sigue llevando a cabo ejemplos de acciones de lesa humanidad, de la mano de su actual gobernante. Con el voto y la venia del pueblo norteamericano, ya acostumbrado a los desastres llevados a la pantalla grande, a los Superman, los Tornados, a los Fin de Mundo y a tanta estupidez que solo al gran George Lucas de la política se le ocurriría llevar a la práctica.
Da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, presidente, cara dura o colizón. No hay una piedra en el mundo que valga más que una vida. No hay ganadores, la guerra es muy mala escuela, aquí una vida más que se vuela. Vale más cualquier quimera que un trozo de tela triste, un hombre no es más que otro hombre apenado por la pena de muerte.
Por Alejandro Hernández, es experto en discapacidad y presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados Mail: director@fnd.cl Web Page www.fnd.cl
Santiago de Chile, 31 de diciembre 2006
Crónica Digital
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