Recuerdo de ellos su inteligencia, su claridad, honestidad y, sobre todo, su actitud de luchar por un proyecto país. La profundidad de sus reflexiones, buscando siempre y como primera prioridad el bien común, el servicio a más desposeído, con auténticos deseos de servir al país en primer lugar.
Hoy día, desgraciadamente, la mayoría de ellos ya no están. No hay líderes de esos tamaños. Hasta los códigos políticos han cambiado. Hoy día resaltan dos aspectos negativos, la ambición y la lealtad, que nos están deteriorando esa instancia política seria que necesita todo país.
Un aspecto es la ambición personal por el poder. Hoy, el político no tiene el liderazgo que tenían los de antaño y la razón de eso es porque no tienen propuesta. Tratan de ascender o salir en la TV o los diarios, con la coyuntura del día. No hay mirada de largo plazo, no hay propuesta integral. Parece que no hubiera un intento serio por pensar el país.
Un segundo aspecto es la lealtad. Tal como se entendía en tiempos pretéritos, la lealtad era una virtud que debía equilibrarse con la convicción, con el compromiso. Si uno dejaba de creer porque las circunstancias así lo ameritaban, se planeaba la diferencia lo más en privado posible. Y si uno no se convencía de los argumentos del otro, se retiraba con el más bajo perfil posible, sin hacer mayores aspavientos y solo después plantearse con argumentos propios.
Hace poco, diputados de la oficialidad viajan al extranjero a saludar a mandatarios donde nuestra Presidenta tiene problemas pendientes con esos mandatarios. No entiendo.
Hoy día pasó algo peor. Parlamentarios de la Concertación negaron su apoyo a proyectos presupuestarios del Gobierno y, frente a uno de casi 150 millones de dólares, estos parlamentarios de Gobierno le aprueban solo mil pesos. No entiendo.
Si no están de acuerdo, yo entendería, primero, renunciar a la coalición y no seguir recibiendo el sueldo que el Estado les paga porque fueron elegidos por quienes creen o creyeron en la Concertación y, solo después, hagan las ¿bromas? ¿mensajes al pueblo? ¿busca de votos?, lo que sea, para decir lo que se les ocurra.
Mi conclusión, dado que quiero pensar que son bien intencionados, es que no entiendo.
El autor es Director Escuela de Ingeniería en Agronegocios de la Universidad Central. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.
Santiago de Chile, 20 de noviembre 2007
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