Llegó al castellano de la mano del nicaragüense Rubén Darío y su libro Azul. De ahí en adelante, y con su profesión de hispanista, se ha adentrado en la vida de grandes figuras del arte, y muy especialmente, del arte español. Federico García Lorca, Salvador Dalí y Luis Buñuel son algunos de los más reconocidos y a quienes ha dedicado muchísimo tiempo de investigación.
El arte de la biografía, sin embargo, es para Ian Gibson un arduo cultivo de estilo, casi como en una novela. “En cada biógrafo hay un novelista. A veces sientes la tentación de poner un diálogo. Yo he sentido esa tentación a la cual no he cedido nunca porque soy un obsesionado de poner la fuente, el dato, de allí que siempre pongo notas al lector. Pero cada día es una lucha por conseguir un estilo”, señaló el escritor en entrevista con la periodista Muriel Riveros, conductora del programa Cultura Viva de radio U. de Santiago (94.5 FM, 124 AM y www.radiousach.cl)
Gibson confesó que siempre gusta de decir lo que piensa, lo que le ha traído más de algún problema. Durante la dictadura de Franco publicó en Francia el libro La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de Federico García Lorca (1971), el que por supuesto fue prohibido en España, ya que según su autor “no es un estudio sólo del asesinato de Lorca si no sobre todo lo que pasó en Granada, que era su ciudad en ese entonces”.
La búsqueda de la verdad se convierte así en uno de los grandes tópicos. “La memoria tergiversa y cambia. Cualquier biografía sólo puede ser una aproximación. Cuando Salvador Dalí me habla de cómo le adoraba Lorca y había problemas con Buñuel, no sabes hasta qué punto están diciendo la verdad, reelaborando, ocultando o creando una nueva verdad. El trabajo del biógrafo tiene que ser minucioso y contrastando verdades”, afirmó Gibson.
En su paso reciente por Chile también se detuvo a conversar en algunos foros estudiantiles, pero sobre todo nos ha dejado la inquietud de su próximo libro, sobre Luis Buñuel, que saldría en España en octubre de este año. “Mi libro termina al final de la guerra civil que le pilla a Buñuel en Hollywood en una misión semi secreta del Gobierno Republicano del control de películas sobre la Guerra Civil. Él, como rojo, no puede volver a la España deFranco y ahí se va a México”. Ian Gibson no pudo continuar más allá, ya que advierte que la inversión para un trabajo biográfico es enorme y no siempre se cuenta con los medios para poder lograrlo.
Buñuel, Dalí y Lorca
Considerado uno de los más acuciosos investigadores de la vida y obra de estos artistas, también goza de su trabajo. Sobre Buñuel, Dalí y Lorca destacó en Cultura Viva que “son tres genios que se conocen muy jóvenes. Hubo controversias, amores y desamores, y vivían con una intensidad que mucha gente desconoce”. Además, Gibson está muy conciente de la joven presencia del género de la biografía en su país de acogida. “Creo que lo que he aportado, modestamente, a la situación española, es una larga tradición británica, francesa y alemana”, señala.
Comprometido también desde la política, Ian Gibson criticó el quehacer del actual gobierno español en cuanto a su memoria histórica. “Yo no sé si saben que hay 130 mil cadáveres, víctimas de la Guerra Civil en fosas comunes. La derecha recuperó los cuerpos de sus muertos y ahora se niegan a colaborar para recuperar a esos muertos”.
Al finalizar su encuentro en Radio Universidad de Santiago, no descartó ir tras la historia de algún escritor chileno. “Yo tuve la suerte de conocer en Madrid a José Donoso, pero no he leído toda su obra todavía. Y es un poco vergonzoso, pero no conozco bien el trabajo de Bolaño. Ahora me llevo unos libros. La literatura es aventura, y descubrir a un nuevo novelista, si de repente te encuentras con un escritor que te dice algo importante, esto también puede cambiar muchas cosas en tu vida”.
Respecto si le seduce la idea de adentrarse en un relato biográfico de Donoso o Bolaño no descartó de plano la idea: “Quien sabe si escribo algo…Hay que estar abierto a todo”, puntualizó, finalmente.
Por Oscar Egnen y Muriel Riveros
Santiago de Chile, 30 de mayo 2013
Crónica Digital
