A un año de la muerte de Nelson Schwenke, conversamos con Marcelo Nilo la otra mitad del dúo Schwenke y Nilo, quienes comenzaron a cantar a fines de los “70 en la Universidad Austral de Chile, mientras Schwenke estudiaba antropología y Nilo pedagogía. No hay dudas de la importancia que han tenido estos músicos que en plena dictadura cantaban cuando otros tenían miedo de hacerlo, sobreponiéndose a la falta de espacios, a la censura y al miedo de aquella época. Tocaban y decían con una sutileza y melancolía única lo que pasaba en un país como han dicho ellos “sin avenidas”. Con temas como “El Viaje”, “Mi canto” y “Llueve sobre Valdivia”, hay toda una generación que vibró y sigue emocionándose con su canciones, siendo uno de los dúos más emblemáticos del canto nuevo. Hoy Schwenke y Nilo es Marcelo Nilo, acompañado de un par de músicos y siempre presente de fondo en una pantalla la voz de su compañero y genial compositor, Nelson, ahora ausente.
En los años “80 ustedes junto a Nelson fueron íconos para la juventud. ¿Cuáles serían las referencias artísticas para los jóvenes de hoy, lógicamente en esta onda contestataria o del canto nuevo como la llaman algunos?
-Hay un movimiento hoy en día juvenil y no tan juvenil también de cantautores y son bastantes los que están apareciendo y eso tiene que ver con que la música chilena algo tiene que decir…la poesía en los textos se elabora y se profundiza…y eso están haciendo estos cantautores jóvenes, más yo, siento que son un relevo a lo que fue el canto nuevo. Mira aquí tenemos a la Evelyn Cornejo, al Nano Stern, (se refiere al concierto Vivas Voces del 8 de junio pasado) sin dudas que también está Manuel García, que es de la generación que sigue de la nuestra, es como el mayor de todos…es el que lleva la batuta.
Me imagino que es complicado y triste perder a un amigo, a un cantor compañero de toda la vida y colega de trabajo.
–Se echa de menos en la parte personal, éramos amigos…pasamos 33 años juntos. Es la pérdida de un familiar cercano, con el Nelson pasábamos más tiempos juntos que con las señoras, porque viajábamos todas las semanas…(hay un quiebre en su tono de voz)no logro separarme de él, incluso a veces compartíamos hasta la cama. Yo lo vivo de una manera difícil de explicar, siento la presencia de Nelson todos los días, eran tantas las cosas que compartíamos, las tallas, pegarle un empujón o darle un abrazo.
Tú en el escenario decías que todavía estabas en la lucha. ¿Piensas que en estos más de 20 años en democracia, falta mucho por ganar al decir que sigues en la lucha?
– Hoy en día tengo la sensación de que hemos tenido un tremendo paréntesis, pero seguimos
con las expectativas iguales a cuando estábamos en dictadura, de que este país puede cambiar. Pasamos de una dictadura brutal de fuerza a una dictadura tan brutal como es la económica. Esa es mi reflexión, estos últimos 20 años, pero creo que en la medida que este país empiece a despertar nuevamente en términos colectivos, empezamos a ver posibilidades de retomar el camino de la historia. Yo creo que en el gobierno de la UP cuando vino el golpe se rompió ese desarrollo lineal de la historia que venía construyendo nuestro pueblo, pero hoy día está la posibilidad de recuperar eso, dejar estos 40 años de lado y hacer un nexo con la posibilidad de que el protagonista de la historia de Chile sea nuestro pueblo y no como ahora que hay dos Chile, claramente uno oficial y el otro marginal donde nosotros cantamos.
Ahora ese pueblo del que tu hablas ya no es ese pueblo proletariado y obrero de los años “70, ni tampoco el pueblo –y va a caer- de los “80 ¿Qué pueblo sería este y podría seguir siendo un pueblo unido jamás vencido?
-Todos estos tiempos han sido batallas que se dan en la historia…nosotros no hemos perdido la guerra, seguimos vivos, pero cuando yo me refiero al pueblo, me refiero a que la gente más humilde de nuestro país tenga un protagonismo en la sociedad chilena. Hoy día esa gente está perdida, vemos la TV, vemos a los políticos, las instituciones, el mundo financiero…el proletariado antiguo es ahora la gente que está excluida de este modelo, es la gente que no aparece. En el gobierno de la UP fue que los invisibles de siempre tuvieron la posibilidad de hacerse cargo de construir su propia historia. Entonces, cuando hoy la gente sale a la calle, tiene que ver con la gente postergada, marginada del sistema económico que habla de libertad, pero que en realidad es la que está endeudada, explotada, abusada y eso es lo que hay que cambiar. Hoy día tenemos más fuerza que entes, por que hay un despertar …los políticos tienen que hablar de abuso, bueno al abuso al que se refieren ahora, antes se llamaba explotación, ahora se llama más elegantemente.
Ustedes como dúo ¿sintieron el peso de lo que estaban proyectando con sus canciones en plena dictadura, como lo fueron en el pop Los Prisioneros, ya que sin dudas que Schwenke y Nilo fue un gran referente, pero un artista logra tomar conciencia de lo que están haciendo en su momento o la reflexión viene años después?
-Nosotros nos sentimos parte de una generación que luchó contra la dictadura, ahí fuimos muchos y la verdad que uno se construye y se conceptualiza a uno mismo, de modo que uno se sitúa en el mundo en un cierto espacio. Con Nelson siempre nos situamos en la música, como meros trabajadores y como cualquier otro trabajador de nuestro pueblo. Siempre hemos sido marginales y hemos preferido estar en esa marginalidad y desde ahí tratar de construir sin tener que transar con ningún valor. Nosotros veíamos que la lucha iba a ser larga, de hecho imagínate la cantidad de años que llevamos en esto y seguimos igual y nos hicimos duro en el camino, pero ahora hoy día en este tiempo nos damos cuenta un poco de lo que tú dices, -que el trabajo que uno ha hecho empieza aparecer en las investigaciones de la historia de la música chilena de esos años-. Como un trabajo representativo de esa época, salimos nombrados y nosotros decimos que la perseverancia en el tiempo te va dando satisfacciones también…una gran satisfacción fue que no fuimos exitosos en el sentido del mercado, pero nosotros somos parte de la historia de la música chilena…eso pa nosotros es el éxito, al haber contribuido a la historia de la música de este país. Con la misma humildad de siempre, seguimos trabajando todos los días…nosotros no hemos parado de tocar, nosotros tenemos otro concepto del compartir, antes, cuando Nelson estaba vivo y hoy. Cuando le cantamos a una gran cantidad de publico, si somos capaces de tocar el corazón de una persona y ha esa le puede servir lo que nosotros hacemos, -ahí es donde nosotros somos exitosos-, sentimos que el compartir y el estar se aprecia mucho más que estar en los medios de comunicación y que finalmente para estar ahí tengamos que tocar con un candidato presidencial, entonces ese tipo de cosas no van con nosotros, la dignidad ante todo y cuando se escriba y pase la historia, se va a poder decir que los músicos chilenos hemos sido dignos y consecuentes…nos sentimos orgullosos de eso.
“Señores denme permiso pa decirles que no creo lo que dicen las noticias, lo que cuentan en los diarios”, es parte de la letra de una de las canciones más populares de ustedes..todavía tienes ese recelo de los medios de comunicación?
-Hoy día más que nunca, ya que los medios están preso de los grandes grupos económicos y salvo excepciones por internet como este diario (Crónica digital) y como otros de este tipo, por eso esas canciones las seguimos cantando hoy en día, porque tienen sentido ayer y en el presente. Hoy día tenemos la posibilidad de através de la red al menos poder comunicarnos mas allá de un envío, nosotros tenemos un Facebook donde hay mucha gente y ese finalmente ha hecho que nos podamos poner de acuerdo, que nos podamos movilizar. Si fuera por los medios de comunicación de masas, nada de lo que esta pasando en términos de movilización social habría sucedido.
¿A 40 años del golpe militar que reflexión tienes y me gustaría saber que estabas haciendo ese día 11 de septiembre?
-Yo vivía en la población Cerrillos en Maipú…no alcance a salir de mi casa, yo estudiaba en el centro y de mi casa veía como los helicópteros apuntaban a las fábricas aquí en cerrillos, y disparaban a matar…escuchamos por la radio el último discurso de Allende, vi como mis padres lloraban. Recuerdo que me había comprado la Cantata Santa María y después tuvimos que romper todos los discos. En la medida que fueron pasando estos 40 años me siento más allendista, cada vez admiro más el proceso que quiso llevar Salvador Allende, donde efectivamente los protagonistas de la historia fueron el pueblo…yo espero que podamos tener derechos y que no estemos capturados y explotados por estos abusadores de siempre.
Por Miguel Alvarado Natali, Periodista de Crónica Digital,
Santiago de Chile, 27 de junio 2013