Víctor Díaz López nació en Ovalle el 10 de noviembre de 1919 y murió en una fecha escondida por sus asesinos… dicen que a comienzos de 1977. De su largo y cruel cautiverio en el cuartel Simón Bolívar de la DINA —un infierno desde el cual ningún prisionero salió con vida— sólo pueden hablar ex agentes del Estado, entrenados para torturar, matar y mentir. Con todo, lo que narra el autor de esta acuciosa investigación es una historia de vida: la que transitó Víctor Díaz desde niño, quien pudo cursar hasta tercero de Preparatoria, obligado a trabajar para ganarse el pan de los suyos. Minero adolescente, obrero autodidacta, joven dirigente sindical en el Norte Grande, optó por una temprana militancia en el Partido Comunista liderado por Elías Lafferte. Fue una vida intensa, marcada por la larga clandestinidad en tiempos de la Ley Maldita y por la más riesgosa de los primeros años de Dictadura, cuando estuvo a la cabeza de la dirección de su partido, hasta ser secuestrado por la DINA el 12 de mayo de 1976.
En el nombre del padre –en el archivo adjunto, enviamos una entrevista realizada hoy a su autor, Fernando Villagrán*– es, también, un conmovedor relato íntimo, aquel que Víctor Díaz compartió con Selenisa Caro, joven católica y su temprano amor nortino. Un vínculo marcado por sobrecogedores episodios, que se haría indestructible y se proyectó en la vida de Victoria, Viviana y Víctor, sus hijos, quienes durante largas décadas desafiaron con valentía la mentira oficial, protagonizando capítulos estremecedores para aproximarse a la verdad y ansiada justicia.
Este libro entrelaza la historia de Chile de agitadas décadas con la cotidianidad desconocida de un protagonista de momentos decisivos, así como la de decenas de mujeres y hombres que llenan de emoción estas páginas. Una historia colectiva, que siguen compartiendo con miles de familiares de detenidos desaparecidos.
* Fernando Villagrán (Santiago, 1949) es economista (Universidad de Chile) y periodista (Universidad de Santiago). En 2003, recibió el Premio Altazor. Ese mismo año publicó, en coautoría con Marcelo Mendoza, La muerte de Pinochet: Crónica de un delirio. En 2005,Represión en dictadura. El papel de los civiles (coautoría con Manuel Délano, Manuel Salazar y Felipe Agüero). En 2011, Simón Rodríguez: Las razones de la educación pública. Reflexiones del educador americano que vence el paso de los siglos. En 2013, publicó la edición aumentada de Disparen a la bandada. Crónica secreta de los crímenes en la FACH contra Bachelet y otros. Fue subdirector y gerente de Revista APSI (1983-1995). Desde 1996 conduce el programa cultural de televisión Off The Record, actualmente emitido por Canal 13C. Es coguionista y productor del documental El Diario de Agustín.
Santiago de Chile, 27 de diciembre 2013
Crónica Digital
Vie Dic 27 , 2013
El cientista político de la U. de Santiago de Chile, sostuvo que la cantidad de militantes que han dejado la tienda “no es significativa ni en número ni en influencia” y, además, le restó importancia al grupo Evópoli. “No basta con un sitio web y unos cuántos adherentes para formar un movimiento relevante”, señaló. Ante las recientes renuncias de miembros de Renovación Nacional, el cientista político y académico de la U. de Santiago de Chile, Bernardo Navarrete, descartó que la tienda se encuentre en una “crisis”, como se ha afirmado en algunos medios, y sostuvo que la cantidad e influencia de los militantes que han dimitido, “no es significativa”. “Si uno mira el número de militantes que han abandonado RN y sus reales influencias políticas, se da cuenta de que no es una mayoría ni una facción o corriente importante, sino algunos contados personeros que, en una coyuntura específica, tienen discrepancias políticas con la conducción”, señaló Navarrete. Para el académico, el senador por Aysén, Antonio Horvath, y los demás militantes que han dejado la colectividad, “han considerado que RN debe estar más al centro del espectro político, y eso los ha llevado a dejar el partido, pero eso no significa una crisis total”. “Este problema es, más bien, la crónica de renuncias esperadas”, sostuvo Navarrete. “Todo indicaba que Horvath administró desde un principio su salida, porque cuando él asumió como jefe programático de Parisi, afirmó que la candidata de la Alianza era una mala persona, y eso dio motivos más que suficientes para que lo expulsaran de su partido”, agregó el analista. “La mesa de RN, por su parte, manejó muy mal este problema. Debió actuar mucho antes, sin embargo, hicieron todo lo posible para retener a Horvath en sus filas”, opinó Bernardo Navarrete. Influencia de Evópoli Consultado por el posible rol que podría tener el movimiento político Evópoli, captando a ex militantes RN, el académico de la U. de Santiago deChile le restó importancia al movimiento liderado por Felipe Kast. “Muchos políticos creen que basta tener una bonita página web y un par de adherentes para crear un nuevo referente, pero la evidencia muestra que, más allá de algunos éxitos relativos, los candidatos, en su mayoría, aún necesitan un partido que los respalde y Evópoli no es un partido sino que un grupo de gente que nadie conoce bajo el liderazgo de un par de figuras”, concluyó el cientista político y académico de la U. de Santiago deChile. Por: Álex Araya. Santiago de Chile, 27 de diciembre 2013 Crónica Digital