De acuerdo a un estudio dado a conocer por el senador Guido Girardi, Chile es el país dónde el gasto en remedios recae principalmente en los bolsillos de los pacientes. En el promedio de los miembros de la OCDE el mayor costo lo asume el Estado.
El senador Girardi, miembro de la Comisión de Salud del Senado, advirtió este viernes que la Ley Ricarte Soto –que se tramita en el Congreso- ha despertado grandes expectativas de un mejor acceso a tratamientos y medicamentos de alto costo para las enfermedades catastróficas.
Sin embargo, por justa que le parece la iniciativa –“pone fin a una eutanasia social”- Girardi advierte que beneficiará sólo al 1% de la población, “el 99% restante, los que sufren hipertensión, diabetes, accidentes vasculares, artrosis, várices, también viven en la indefensión porque no tienen garantizado los tratamientos, pues tenemos una política tonta de medicamentos”.
De acuerdo a cifras de la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF) exhibidas por el senador Girardi, “enChile el gasto del bolsillo en medicamentos es altísimo (US$ 1.921 millones) y el gasto público (US$ 339 millones) casi no existe. En todos los demás países, promedio de la OCDE, el gasto público es más alto (US$1.356 millones) y del bolsillo menor (US$ 904 millones)”.
El parlamentario afirmó que “en los otros países el gasto de bolsillo es bajo porque el Estado garantiza el acceso porque lo consideran un derecho fundamental y por qué es más rentable. En Chile estamos botando la plata a la basura”.
El legislador PPD explicó que en Chile el 80% de la población que se atiende en la salud pública realiza un periplo -puede durar meses o años- que se inicia en el consultorio, sigue en el hospital con una interconsulta al especialista, continúa con los exámenes, los resultados, el diagnóstico y la receta con los medicamentos que lo aliviaran y se cerrará el ciclo”.
“Sin embargo -agrega el senador- en Chile el Estado cubre sólo el 40% de la receta. El 60% debe cubrirlo el bolsillo del paciente y si este no tiene dinero no accede a los remedios, no cierra el ciclo y todo el costo del periplo previo (consultorio a receta) es plata perdida. Por caro que sea el remedio, siempre va ser el eslabón más barato de toda esta cadena. No representa más del 2 o el 3% del proceso. Es absurdo gastar el 97% y que no supere su problema de salud”.
Girardi afirmó que “debemos transformar el acceso a los medicamentos en un derecho porque, además, quienes deben financiar de su bolsillo el 60% de la receta tienen que acudir a instituciones depredadoras que son verdaderos piratas, como laboratorios y farmacias”.
Por ello el parlamentario llamó a sus pares a aprobar la nueva ley de fármacos que se discute en el Congreso que termina con la integración vertical de farmacias y laboratorios -“para que no opten por vender marcas propias”- y que las obligará a tener en stock medicamentos genéricos baratos y no sólo caros bioequivalentes de marca.
El parlamentario afirmó que, “el proyecto también busca que la Cenabast pueda comprar en el exterior y abastecer a las farmacias chicas que no pueden acceder a precios competitivos porque no tienen el volumen de compra de las cadenas”.
Santiago e Chile, 18 e mayo 2015
Crónica Digital