En primer lugar, quiero expresar mi categórico repudio a publicaciones de esta naturaleza, que nada tienen que ver con la labor parlamentaria que desempeño hace más de 20 años.
En segundo término, quiero señalar que tanto en mi vida pública como privada he actuado conforme a la ética y la moral, y jamás he realizado un acto por el cual se me pueda censurar.
En estos tiempos en que se ha masificado el desprestigio y la desconfianza que la gente tiene de la política, me enorgullezco de mi trayectoria, en la cual me he enfocado sólo en servir a los ideales de justicia y libertad, ya sea a través de mi defensa de los Derechos Humanos durante los años más oscuros de nuestra historia, o bien legislando en base a los intereses de los maulinos que represento.
La ciudadanía y mis electores saben que soy uno de los diputados más trabajadores de esta Cámara. Prueba de ello son mis altas asistencias a sesiones y comisiones, y mi intención de aportar con mis mayores esfuerzos al mejoramiento de la legislación chilena.
En tercer lugar, quiero hacer un emplazamiento a quienes publicaron estas fotografías, ya que si tienen reales antecedentes que me impliquen en algún delito, les exijo que los presenten ante la justicia para vernos las caras en esas instancias, porque difamar por difamar es muy fácil y eso no lo voy a permitir.
En momentos en que la fiscalización ciudadana demanda la máxima responsabilidad y objetividad de los medios de comunicación, no comprendo cómo esta publicación puede ser denominada una labor periodística seria.
Es más, me parece extremadamente curioso que estas infamias aparezcan justo en momentos en que estoy trabajando en mi futura candidatura senatorial por la Séptima Región.
Ojala los medios se preocuparan de la labor estrictamente política y legislativa que uno realiza y valoraran ello, pero la realidad dice otra cosa y es mi deber salir a dar mi versión tras estos ataques deleznables que solo perjudican injustamente a mi persona, familia y amigos.
Guillermo Ceroni Fuentes
Diputado de la República
Santiago de Chile, 10 de noviembre 2015
Crónica Digital