Por Marcel Garcés Muñoz
La invitación del Jefe de Estado, Sebastián Piñera, a los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados, Adriana Muñoz y Diego Paulsen y al presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva, ( martes 6 de octubre) para “enfrentar el mes de octubre”, se enmarca en un evidente plan político que tiene como objetivo criminalizar la protesta ciudadana, y eludir o frustrar el mandato del Plebiscito Constitucional y de la generación de una nueva Carta Magna para Chile–
Los titulares de los tres poderes del Estado, reunidos en La Moneda para la foto ceremonial, debían servirle al Gobierno. para mostrar ante la Opinión Pública, el conocido mensaje comunicacional de la “unidad” nacional, la concordancia en la mantención del “orden social” y el “rechazo y condena a los violentos y extremistas”.
El objetivo propagandístico y político no podía ser más evidente, para comprometer a los invitados en una estrategia de una “guerra interna” en desarrollo desde La Moneda, por los Servicios de inteligencia y represivos.
Sobre todo luego del brutal episodio de lanzamiento al río Mapocho de un joven de 16 años, por parte del carabinero, Sebastián Zamora Soto , de 22 años, en plena labor represiva, el día viernes 2 de octubre. en el puente Pio Nono, de la capital chilena.
Solo que las buenas maneras presidenciales no bastaron para comprometer a los distinguidos visitantes de Palacio ni a la Opinión Pública nacional, dada la experiencia de llamados de “unidad nacional” que han proliferado en la retórica presidencial, desde el mismo día en que inicio su segundo mandato, tanto como las amenazas a quienes no se prosternen a los designios oficiales.
Baste referirse a los ataques que han venido desde La Moneda o sus Partidos, contra el poder judicial, y jueces que son acusados de “izquierdistas” y vilipendiados por los medios de comunicación de masas, que sirven a la Derecha.
Solo horas antes del encuentro de los “tres poderes” del Estado, el ministro Secretario General de Gobierno, Jaime Bellolio, las emprendió contra la oposición declarando, el 5 de octubre. que frente a la violencia que, presuponen (o planifican) se desatará en octubre, “se pondrá a prueba a la izquierda”.
Hay que tener en cuenta lo que Bellolio define o criminaliza como “la izquierda”, es decir, toda la oposición que no se subordina.
La pregunta es- apuntó Bellolio en tono claramente amenazante: “¿Vamos a justificar durante octubre las situaciones violentas que atentan contra el orden público?”.
El portavoz gubernamental agregó, con tono de advertencia: “Los vimos demasiadas veces silente frente a la violencia, mientras otros grupos de izquierda lo que hacían era justificarla y avivarla. Si realmente lo que vamos a ver este 18 de octubre son grupos que justifican la violencia, se podría producir un daño permanente a la democracia”.
Subrayamos, “un daño permanente a la democracia”.
Es decir el señor Bellolio se permite anunciar, y acusar a los ciudadanos, de generar un “daño permanente a la democracia”. ¿O sabrá que hay quienes en la derecha y sus grupos paramilitares, o quizás otros…) se preparan efectivamente para generar ese daño, y frustrar las demandas de democracia de las mayorías nacionales?.
Lo cierto es que su mensaje real fue condicionar el proceso constituyente, diciendo que “espero que octubre sea el mes donde haya mayor diálogo, donde haya el respeto entre unos y otros, para que nos convoquemos en un Plebiscito el 25 de octubre”.
Por lo que se ve se trata de un “dialogo con la pistola al pecho” y el “que nos convoquemos en un plebiscito el 25 de octubre”, queda en suspenso, “si se comportan bien .
La pregunta es ¿viene desde La Moneda un sincero ánimo de dialogo o se trata de un mero montaje publicitario, de retórica demagógica, chantaje político o ambientación de una maniobra represiva y antidemocrática?.
Otra interrogante que se abre es si estas convocatorias a la ”Unidad”, forman parte de una operación de distracción, propio de la “guerra sicológica” en que se combinan “garrote y zanahorias”.
Se habla de “diálogo” mientras se despotrica contra indeterminados ·”jueces izquierdistas”, se ataca al poder judicial, al Contralor, a los políticos (a los otros. no a los propios), a la Fiscal Jefe de Alta Complejidad Centro Norte Ximena Chong, a la que desde El Mercurio se acusa de tener “corazoncito rojo”, se amenaza su integridad y se da su domicilio, y se le anuncia “una visita.
La interceptación este miércoles 7 de octubre, por parte de personal de la PDI, luego de que dos sujetos entregaran una carta amenazante, del Teniente Coronel de Carabineros, Freddy Vergara, que rondaba en su moto privada, el domicilio de la Fiscal Chong, deja abierta una siniestra incógnita sobre una evidente acción de amedrentamiento criminal en su contra.
Lo que resulta evidente es que actuando de acuerdo a los manuales de la “guerra interna”, utilizados, coordinados ( en 1973), en los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas, los grupos insurgentes de Patria y Libertad, comandos Rolando Matus y otros grupos financiados y manipulados por la CIA, desde la dictadura de Pinochet, y que fueron el insumo “ideológico” de su Guerra Interna, y actualizados por el neofascismo continental de Trump, se busca desplegar una estrategia de creación de tensión, amenaza a la seguridad ciudadana, de creación de inseguridad en la población, de generación del miedo en las calles, en las poblaciones, una tensión permanente que inhiba a los ciudadanos.
En realidad, no se trata entonces, de un intento de defensa del orden, del diálogo, de acuerdos, ni siquiera de buenas maneras, sino de una manipulación para hacer creer a la opinión púbica o a los “crédulos”` o “ingenuos”, de buenas o malas intenciones, que aparecen en el escenario, de que el resto de las autoridades del Estado, representativos de la “institucionalidad democrática” se comprometerían o se subordinarían, a una retórica, que solo buscaría sumarlos a una política represiva y una división falsa de” buenos y malos” en el escenario político y social nacional.
En el fondo buscan, mientras proclaman apego al diálogo, a la democracia, y defensa del “orden social”, implantar mediante la represión sangrienta, el terror y el miedo, un régimen totalitario y violento.
Eso explica la brutalidad desatada contra jóvenes, el lanzamiento de un muchacho de 16 años ( un “mini delincuente”, según “El Mercurio”).al río Mapocho, para mostrar lo que contemplan los “protocolos”, puestos en práctica por Carabineros, autorizados y protegidos por las complacientes o cómplices autoridades de La Moneda.
Es decir, el mensaje implícito es, proclamar, de lo que son capaces de hacer. Es el “fascismo corriente” de nos hablaba el documentalista soviético, Mijail Romm.
Es algo demasiado parecido a los actos brutales con que la dictadura intentó amedrentar a los chilenos, tras el Golpe Estado del 11 de septiembre de 1973.
La repartición de roles en el Palacio de La Moneda es evidente y grotesco: Uno habla de diálogo, otro acusa a la izquierda, pero detrás de todo está el terrorismo real, estatal, de clase.
Es cuestión de leer los documentos que nutren la retórica retorcida de La Moneda, y, de los partidos que se apoderaron del gabinete ministerial actual, el del “rechazo”, la locura de los informes de inteligencia, que amenazan con una debacle y el caos, para darse cuenta de los verdaderos objetivos de su estrategia.
La oposición debería ser más firme y rotunda en denunciar lo que se está preparando en La Moneda: No es un secreto para nadie que buscan demonizar, criminalizar las demandas ciudadanas e impedir y aplastar los procesos democráticos, el proceso constituyente.
No seria extraño que generaran algún subterfugio, para acusar a la oposición de conspiración, o generaran o escenificaran actos de violencia, incluso extremas, para frustrar las demandas ciudadanas de democracia, justicia y libertad.
De acuerdo el discurso derechista, toda la oposición esta pasando a ser parte del “enemigo.”, de “la izquierda”. Y es cuestión de leer con atención “El Mercurio” para ver como se ambientan actos criminales, atentados, se caricaturiza, se ataca con un lenguaje soez, se ambientan actos criminales, contra figuras de la oposición y de los sectores democráticos, y hasta funcionarios del poder judicial, intelectuales, líderes sociales, tal como se hizo en tiempos de Pinochet, “marcando” a los ”enemigos”, a los luego se elimino bárbaramente, lanzándolos a los ríos, al mar, a los volcanes, o degollándolos.
En esos tiempos de la barbarie. el río Mapocho se tiñó con sangre de chilenos demócratas, trabajadores, mujeres, jóvenes y hasta niños.
¿Le enseñaron algo de esas páginas de la vergonzosa historia de su institución y de la dictadura de Pinochet, al joven carabinero Sebastián Zamora Soto, que revivió con su acción desdichada, cumpliendo órdenes de sus superiores, que en definitiva lo abandonaron a su suerte, los crímenes de la tiranía que ensangrentó Chile de 1973 a 1990?
Y por ello tenemos ahora el deber de impulsar la defensa del proceso democrático en marcha marcando abrumadoramente Apruebo, y Convención Constituyente, este 25 de octubre y dando el impulso popular, a la nueva constitución que la ciudadanía reclama.
La Moneda, y la Derecha empresarial y política buscará en os próximos días y semanas, criminalizar cualquier expresión opositora, frustrar cualquier protesta, amedrentar, atemorizar, imponer su violencia.
Hay que detener esta amenaza.
No hay tiempo que perder, ni dudas sobre el camino a seguir.
La marcha prosigue y no habrá que dejarle el camino libre a los enemigos de la democracia.
Esto es lo trascendente y habría que dejar la discusión secundaria sobre candidaturas, los puntos de acuerdo programático, los intereses subalternos, las alianzas y acuerdos electorales, para el día siguiente.
Hoy los chilenos tenemos mucho que hacer. Y apurar el paso, mantener el tranco para una primera victoria el 25 de octubre: Apruebo y Asamblea Constituyente.
Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 9 de octubre 2020
Crónica Digital
