En su corta historia, la Nueva Unión Popular Ecológica y Social de Francia (Nouvelle Union Populaire Écologique et Sociale o NUPES), convergencia política de avanzada liderada por Jean–Luc Mélenchon, logró abrir nuevas perspectivas de victoria para el progresismo en el país galo, a partir de una óptica política renovada con sello regionalista, verde y social.
Su formación fue posible, entre otras cosas, por la orientación ecosocialista que Mélenchon otorgó a sus planteamientos programáticos e ideopolíticos, junto con su partido La France Insoumise (Francia Insumisa). Ello posibilitó abrir paso a un proceso amplio de unidad de todas las fuerzas progresistas francesas. En las elecciones presidenciales registradas en abril de 2022, Mélenchon logró la tercera posición en primera vuelta con un contundente 21,95% de los votos, quedando sólo a 1,2 puntos porcentuales de pasar a la segunda vuelta.
PUNTO DE PARTIDA
Aún no cumple un año, pues la creación de la Nueva Unión Popular Ecológica y Social fue anunciada por Mélenchon el Día Internacional de los Trabajadores del año 2022. Aparte de Francia Insumisa, el 2 de mayo se anunció que el partido Europa Ecología Los Verdes, que es la principal colectividad ecologista del país galo, era parte de la iniciativa.
Así lo expresaron connotados portavoces del partido verde. Sandra Regol saludó “un paso hacia la posibilidad de otra mayoría”. En un tuit, Sandrine Rousseau manifestó: “¡Viva la Nueva Unión Popular Ecologista y Social!”. El Alcalde de Grenoble, Eric Piolle, lo apreció como “gran paso hacia la constitución de un arco humanista, ecológico y de izquierda”. La hoy Secretaria Nacional de la colectividad, Marine Tondelier, lanzó un mensaje a comunistas y socialistas: “¡Les esperamos!”.
Un dato: a raíz de esta convergencia, ese mismo año Regol y Rousseau se convirtieron en diputadas de la Asamblea Nacional (Assemblée Nationale) o Cámara Baja del Parlamento galo bicameral.
El 3 de mayo el Partido Comunista anunció su incorporación a la Nueva Unión y el día 5 llegó el turno del Partido Socialista.
El reconocido diario de izquierda “L’Humanité” elogió la coalición como un “hito histórico”. Según una encuesta encargada por BFM TV, el 84 por ciento de las personas de tendencia progresista apoyaba a la convergencia. Un grupo de connotados intelectuales franceses, como Thomas Piketty, también reaccionaron favorablemente a la iniciativa, y publicaron una columna de apoyo en el semanario “Le Journal du Dimanche”. El candidato presidencial socialista de 1995, Lionel Jospin, dijo que también apoyaba la alianza.
Su primera gran batalla la protagonizó en junio del año pasado, cuando en las elecciones de Asamblea Nacional se posicionó en segundo lugar con el 31,58 por ciento y con 131 escaños, convirtiéndose en la principal fuerza de la oposición al Gobierno de Emmanuel Macron y logrando que perdiera la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional. En forma adicional, logró desplazar al tercer lugar al partido ultraderechista “Agrupación Nacional” de Marine Le Pen, que hasta entonces registraba un avance constante y en la elección presidencial se había ubicado en segundo lugar y pasado a segunda vuelta.
La parlamentaria de Francia Insumisa Clémentine Autin saludó en France 2 TV el “increíble avance” y la “validación de la estrategia impulsada por Mélenchon, una reunión de fuerzas de transformación social y ecológica”.
En la misma contienda resultaron elegidos dos hijos de chilenos exiliados: Raquel Garrido y Rodrigo Arenas, ambos miembros de Francia Insumisa.
Frente a los resultados, el diario “La Tercera” entrevistó a Arenas y le comentó que el 2017, después de la primera elección de Macron, se decía que el progresismo estaba muerto en Francia. Señaló: “Sobre la NUPES, hay que decir que es lo que pedía la gente de izquierda, progresista (…) No podemos seguir divididos, en lo que llamo de manera brutal el ‘business electoral’. Entonces, ese era el sentido de mi candidatura: la capacidad de reunirse por un programa de ideas políticas, renovación de las prácticas, que significa también tomar en cuenta lo que nos reúne y discutir y conversar sobre lo que nos divide”.
LA COMPOSICION
La Nueva Unión Popular Ecológica y Social está integrada por las siguientes colectividades:
–Francia Insumisa: partido formado por Mélenchon, definido como socialista democrático y ecosocialista, y que participa en el Europarlamento en el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica. También se concibe como “soberanista”, que es la concepción más ocupada en Europa para referirse al regionalismo o noción de otorgar niveles crecientes de autonomía a las comunidades territoriales.
–¡Juntos!: un partido político francés progresista, que se define anticapitalista, antirracista, feminista y ecosocialista. Fue creado en 2013 por la Gauche Anticapitaliste, una tendencia del Nuevo Partido Anticapitalista (de influencias trotskistas), que se escindió por su opción por la unidad más amplia del progresismo; Las Alternativas, una organización ecosocialista; y la Federación por una Alternativa Social y Ecológica.
En la estructuración de la convergencia, Francia Insumisa articula una especie de subpacto con ¡Juntos!, y otras como “Picardie Debout” del ensayista François Ruffin (partidario de la tesis ecologista del decrecimiento), los regionalistas de Rézistans Equality 974; y Revolución Ecológica para la Vida (Révolution Écologique Pour le Vivant).
–Partido Socialista: la histórica colectividad socialdemócrata del país galo, refundada en 1969 y que gobernó desde entonces en cuatro períodos. Forma parte de la Internacional Socialista y la Alianza Progresista, y a nivel del Viejo Continente integra el Partido Socialista Europeo.
Los aliados de subpacto de los socialistas son los socialdemócratas de Espacio Público y Nuevo Acuerdo, y el regionalista Movimiento para el Desarrollo de Mayote.
–Partido Comunista: la también histórica colectividad de la hoz y el martillo en Francia, que llegó a ser uno de los partidos comunistas más fuertes de Occidente y que en los tiempos de la Unión Soviética se inclinó moderadamente a las tesis eurocomunistas, que procuraban articular democracia y socialismo. Integra en el Viejo Continente el Partido de la Izquierda Europea.
Los comunistas hacen subpacto con Pour La Réunion y People’s Servant / Serve the People, ambas escisiones regionalistas de la colectividad de izquierda, y los también regionalistas de Péyi-A.
–Génération.s: resultado de una escisión del Partido Socialista, liderada por Benoît Hamon, que fue Ministro de Educación en el período de Francois Hollande, cargo al cual renunció cuando el Gobierno asumió la política neoliberal de austeridad. A su creación concurrieron los ecologistas Cécile Duflot, Raphaël Glucksmann y Yannick Jadot, quien fue candidato a la Presidencia por Europa Ecología Los Verdes.
–Europa Ecología Los Verdes: En francés, Europe Écologie Les Verts, se ha consolidado como el más relevante partido ecologista de Francia, formado en 2010 a partir de la fusión de Les Verts con Europe Écologie. A nivel internacional, es un influyente integrante de la Global Greens, entidad más conocida como la “internacional verde”: de hecho, uno de sus cuadros dirigentes, Charlotte Soulary, integra el Consejo de Gobierno de Global Greens.
Su afiliación continental es el Partido Verde Europeo y en el Europarlamento hoy integra el Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea, una coalición de ecologistas y regionalistas.
Génération.s y Europa Ecología Los Verdes crearon el 2020 una alianza denominada “Polo Ecologista”, que integraban otros movimientos como La Generación Ecología y Los Nuevos Demócratas, sociedad que se prolongó como subpacto en la Nueva Unión.
EL ECOSOCIALISMO
La identidad ecológica y social de la Unión está directamente asociada con la evolución del pensamiento de Jean–Luc Mélenchon. En la última campaña presidencial, formuló ideas de avanzada en la materia, como avanzar en un 100% a la implantación de energías renovables o priorizar la agricultura ecológica en términos productivos. Todo ello logró sumar a figuras ecologistas de Francia como Aymeric Caron, Alma Dufour o Claire Morgane Lejeune.
Ya en 2012, una parte de su pensamiento en la materia fue recogido en el libro “La règle verte – Pour l’éco-socialisme” (La Regla Verde: por el Ecosocialismo). A pesar de que hubo un inicial escepticismo entre los ecologistas sobre esta reorientación de su pensamiento, hubo figuras políticas significativas de esta corriente de pensamiento que tempranamente se sumaron a su causa, como es el caso de Martine Billard, hasta entonces una reconocida diputada ecologista que instaló la primera proposición de ley sobre planificación ecológica.
Por esos mismos días, una crónica en el diario “Le Monde” escrita por Raphaëlle Besse–Desmoulières, especialista en temas sobre la izquierda y los ecologistas en Francia, señalaba que Mélenchon multiplicaba sus apariciones para hablar sobre la ecología y la “planificación ecológica”. La crónica consignaba que su discurso “había sido largamente aplaudido en el congreso de la asociación France Nature Environnement que acogió a los candidatos a las (elecciones) presidenciales”. La entidad es una federación nacional de aproximadamente 9.000 asociaciones para la protección de la naturaleza y el medio ambiente en Francia, cuyo lema es Partout où la nature a besoin de nous (En todas partes la naturaleza nos necesita).
En una entrevista en la Revista TerraEco en 2011, Mélenchon puntualizaba: “Los Verdes han hecho evolucionar las mentalidades, y la mía en particular”. Añadió: “Haría falta estar ciego para no ver que el modelo comunista, así como el modelo socialdemócrata, integraban una dimensión productivista que es una aberración respecto a los límites del planeta”.
En una entrevista con Rue89, publicación digital promovida por “Le Nouvel Observateur”, fustigó los “dos grandes modelos de organización del pensamiento y la acción socialistas”: el comunismo de Estado y la socialdemocracia. “Al empezar a aplicarse el comunismo por vez primera en la historia en un país subdesarrollado, la dimensión del desarrollo de las fuerzas productivas terminó por ocupar todo el espacio, hasta el punto de que se confundió el socialismo con el desarrollo de las fuerzas productivas, sin ninguna visión crítica respecto del contenido ni de lo que se producía, ni de cómo se producía ni a qué precio para la naturaleza. En cuanto a la socialdemocracia, tiene una incapacidad radical de ser ecologista, puesto que se impone como su objetivo repartir los frutos del crecimiento. No solamente cuenta con no tocar el núcleo del pastel principal sino que como se propone repartir lo que haya, no puede hacer nada sin crecimiento permanente e infinito. Ahora bien, el ecosistema es limitado”.
Por otro lado, en diálogo con el diario francés “Libération” indicó que el “ecosocialismo” se podía conceptualizar como “el fin emancipador del socialismo actuando en el contexto del imperativo ecológico”, precisando que el modelo ecosocialista se basa en herramientas como “la implicación ciudadana en todos los temas y en todos los lugares, la planificación ecológica y la regla verde como árbitro de toda decisión. Está también el cambio radical del modo de consumo”. Sobre la “regla verde”, enfatizó que “hay que dejar de producir y de intercambiar en condiciones que la capacidad de renovación del ecosistema ya no dé más”.
Por Víctor Osorio Reyes. El autor es ex Ministro de Estado, periodista y académico.
Santiago, 24 de enero 2023.
Crónica Digital.
