Dom Jul 30 , 2023
En los continuos estudios sobre las nuevas relaciones mundiales entre bloques y países, que se han producido en medio de imparables transformaciones de la economía y la política internacionales del siglo XXI, va quedando en claro que la era de la globalización capitalista hegemonizada por los Estados Unidos tras el derrumbe del socialismo de tipo soviético, se debilita, lo cual no significa que haya caído el poder que mantiene esa potencia. Juan J. Paz-y-Miño Cepeda*, colaborador de Prensa Latina Pero el proceso de construcción de un mundo multipolar, particularmente determinado por el ascenso de China y Rusia, junto con la conformación de bloques con capacidades autónomas como los BRICS, es irreversible. Y en ese contexto se inserta la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que quedó constituida en la Cumbre de 2010. La CELAC es un espacio de coordinación y convergencia de acciones conjuntas entre los países de la región, con exclusión de los EEUU. y Canadá. Este solo hecho da cuenta de su importancia y de la ruptura que ocasionó con el americanismo monroísta. La visión latinoamericanista fue posible debido a las claras posiciones asumidas por los gobernantes del primer ciclo progresista, se debilitó con gobernantes derechistas que les sucedieron (entre los cuales destacó Jair Bolsonaro, de Brasil) y ha sido revitalizada por mandatarios de un nuevo ciclo progresista y particularmente con el retorno de Brasil gracias al presidente Lula da Silva. La reciente cumbre de la CELAC y la Unión Europea (UE), realizada el 17 y 18 de julio (2023), ha puesto de manifiesto, una vez más, que América Latina afianza sus propias políticas internacionales. Ello se refleja en la Declaración final (https://rb.gy/pifqn), un documento de 41 puntos, en los que hay señalamientos de carácter general, redactados en el tono diplomático con el que suelen valorarse las relaciones entre América Latina y Europa, la democracia, los derechos y principios sociales universales, el reconocimiento a pueblos y nacionalidades tanto como a la institucionalidad o las esperanzas por una humanidad que logre solucionar sus problemas y límites históricos. Pero hay varios asuntos que merecen ser resaltados. El 10 se refiere a la esclavitud y la trata de esclavos, que incluye la trata transatlántica, como “tragedias atroces” y un “crimen de lesa humanidad”, lo cual constituye una clara alusión al colonialismo europeo. Punto 11: expresa condena al “bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba” y rechaza la designación de este país como “Estado promotor del terrorismo”, lo cual evidencia una nueva derrota histórica y directa para los EEUU. Punto 12: se “toma nota” de que es la CELAC la que ha declarado que América Latina y el Caribe son una “Zona de Paz”, sin dejar en claro si Europa participa de un criterio similar. Punto 13: también la UE declara haber “tomado nota” de la “cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas” y de “la posición histórica de la CELAC, basada en la importancia del diálogo y el respeto del Derecho internacional en la solución pacífica de controversias”, […]