Néstor Kirchner y Hugo Chávez se reunieron la víspera en la ciudad venezolana de Puerto Ordaz para obtener resultados que ellos mismos calificaron de inesperados y de salto cualitativo en los esfuerzos de integración.
Ese anuncio de los convenios logrados entre Argentina y Venezuela coincidió con reportes de serias dificultades surgidas en las negociaciones que desarrollan Colombia, Perú y Ecuador para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.
El tema de las pretensiones de Washington de reactivar las conversaciones sobre el ALCA fue causa de una severa confrontación en la reciente Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata.
En esa cita, Venezuela y los países del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) se opusieron y lograron impedir la discusión de ese tema, no inscrito en la agenda inicial de la conferencia.
Kirchner y Chávez firmaron ayer una Declaración del Orinoco, cuyo texto sostiene que en estos momentos «se está abriendo una vía propia en los procesos de integración, que no pasa por la competencia y sí por el estímulo simultáneo a las economías nacionales».
El texto precisa que las relaciones entre Argentina y Venezuela «avanzan vigorosamente, fundadas en principios de complementación, cooperación, solidaridad y estricto respeto a la soberanía».
Los dos países están dando un ejemplo de cómo se unen dos pueblos, de cómo se integran dos economías, de cómo se estrechan los lazos de dos Patrias, agrega el documento.
Para ambos presidentes, ya están echadas las bases para impulsar el intercambio en el comercio y en otros ámbitos de la relación bilateral y de procesos de integración, «tanto a través de MERCOSUR, como de la Comunidad Sudamericana de Naciones».
En ese sentido, decidieron acelerar la incorporación de Venezuela como miembro pleno del MERCOSUR, lo que tendrá lugar en la próxima Cumbre de ese mecanismo de integración en diciembre en Montevideo.
El anuncio más impactante salido de la reunión entre Kirchner y Chávez fue la decisión de avanzar en la construcción de un gasoducto que unirá a los dos países y que incluye Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
«La realización de un proyecto de esta envergadura, será uno de los pasos decisivos en el proceso de integración, dada la importancia vital de la energía en el desarrollo de la economía regional», apunta la Declaración del Orinoco.
Y por si fuera poco, los dos presidentes también abogaron por crear un Fondo Financiero Latinoamericano «que garantice la autonomía de nuestros países para elegir las vías más convenientes en sus procesos de desarrollo económico y social».
En este punto, los mandatarios argentino y venezolano recordaron los grandes problemas sufridos por los pueblos de la región a causa de «la pobreza y las políticas regresivas aplicadas en el pasado reciente».
El objetivo del fondo es consolidar la armonía financiera, sin contradicción con otras instituciones internacionales, como algunas que han sido muy dañinas para Argentina, según explicó Kirchner en clara alusión al Fondo Monetario Internacional.
Ahora se trabajará en el diseño de un plan estratégico para impulsar la integración bilateral y avanzar en la del MERCOSUR y de la Comunidad Suramericana de Naciones.
Para eso se estimularán «todas las convergencias posibles, en el objetivo final de la integración latinoamericana y caribeña».
«Argentina y Venezuela, junto a otras Repúblicas hermanas del continente, están sentando las bases del nuevo pacto americano: el pacto del siglo XXI», concluyeron los presidentes argentino y venezolano al terminar una Cumbre que pasará a la historia.
Por: Víctor Carriba. Corresponsal de Prensa Latina en Venezuela.
Caracas, 22 de noviembre 2005
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