La toma de posesión del presidente Evo Morales y sus primeras actividades y declaraciones como gobernante acaparan por segundo día consecutivo amplios espacios en la prensa local, reflejo de una expectativa impensada luego del triunfo del líder izquierdista.
La Moneda busca consolidar los acuerdos firmados con el presidente saliente, Eduardo Rodríguez, en áreas migratorias y comerciales y continuar avanzando en la agenda bilateral hacia una normalización completa de los vínculos diplomáticos.
El diario La Tercera cita declaraciones de altas fuentes del Palacio de Gobierno que afirman el balance de la visita es más positivo de lo que esperaba Lagos y valoran que Morales no aludiera directamente a la reivindicación marítima, sino más bien a «problemas históricos».
Los funcionarios explicaron, según el rotativo, la importancia de continuar con incentivos como el reciente acuerdo que eliminó los aranceles a casi todos los productos bolivianos, de modo que las nuevas autoridades valoren «las ventajas de un buen diálogo con Chile».
Lagos, sin embargo, fue más cauteloso y llamó a no generar demasiadas expectativas sobre el futuro de las relaciones con el Palacio Quemado. «Es difícil poder predecir cómo va a evolucionar una conversación que se inicia», afirmó el mandatario.
En el congreso, mientras tanto, legisladores del oficialismo y la derecha coinciden en que Lagos y Morales inauguraron una nueva etapa en las relaciones bilaterales, pero analizan con distinto prisma la posibilidad de concretar en los hechos tal disposición.
El senador opositor Hernán Larraín planteó que el momento actual es el adecuado para incursionar en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y que cualquier esfuerzo que se haga en ese sentido mostrará el grado de voluntad que existe para resolver los problemas.
El ex líder de la Cámara alta, de la derechista Unión Demócrata Independiente, indicó que el hecho que Morales sea el único presidente elegido después de muchas décadas con una votación tan elevada, le otorga legitimidad para llegar a acuerdos estables y duraderos.
Sin embargo, dijo que «no podemos aceptar relaciones que estén sujetas a condiciones».
«Hay muchas fórmulas para colaborar en el desarrollo de Bolivia y permitirle un acceso permanente al mar sin tocar la soberanía ni tener que modificar los tratados sobre límites fronterizos, que son intocables», enfatizó.
El diputado Jorge Tarud, del oficialista Partido por la Democracia, señaló que la moderación del lenguaje del nuevo presidente boliviano hacia Chile «es algo muy positivo, porque nos da la posibilidad de conversar con altura de miras».
Destacó, no obstante, que cuando hace referencia a la deuda histórica «ciertamente reafirma la política de sus antecesores, en el sentido que el acceso al mar que buscan tiene que ser soberano».
Insistió en que «toda conversación debe hacerse sobre la base de que los tratados vigentes se mantienen y lo que hay que buscar son proyecciones hacia el futuro en otro contexto».
Para la socialista Isabel Allende, ex presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, el domingo se dieron señales claras del interés de Chile y Bolivia de ampliar el diálogo y la cooperación sin exclusiones, con una mirada de futuro.
El diputado democristiano Edgardo Riveros señaló que ambos dignatarios reflejaron la voluntad de iniciar una nueva etapa en las relaciones bilaterales con una perspectiva de futuro, lo que obliga a no quedarse congelados en lo que llamó «elementos históricos del pasado».
Santiago de Chile, 25 de enero 2006
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