Firmar un tratado de libre comercio con Perú -cualquiera sea su presidente electo-, impulsar un diálogo sin exclusiones con Bolivia, y consolidar una alianza estratégica a largo plazo con Argentina, están en el centro de esa estrategia, según el canciller Alejandro Foxley.
En una entrevista publicada por el diario conservador El Mercurio, Foxley también otorgó gran relevancia al anuncio de la semana pasada, para que Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay puedan sacar sus productos hacia la zona Asia-Pacífico.
Además del TLC con los peruanos, Foxley aseguró que hay planes concretos de integración con la vecina Argentina y que, como posibilidad, no excluye el acceso soberano de una salida al mar para Bolivia, uno de los principales retos de su gobierno.
Aunque no develó la formula, insistió en la idea de instalar una integración física en la región central de América del Sur con corredores bioceánicos para facilitar el flujo de personas y de mercancías.
El titular chileno descartó que la candidatura presidencial de Ollanta Humala sea una preocupación particular para Chile. «Cualquiera sea el resultado electoral en Perú, vamos a hacer un esfuerzo deliberado como gobierno para profundizar la cooperación», enfatizó.
«Estamos dispuestos a sentarnos en una mesa para negociar y firmar un TLC al lunes siguiente, con quienquiera sea elegido», afirmó tras insistir en que «nuestra definición de fondo es fortalecer la paz con nuestros vecinos y ayudar a que haya paz en otras partes del mundo.
Señaló que con Buenos Aires «estamos construyendo una alianza estratégica de largo plazo». «Hay planes concretos de integración: estamos en una fase de madurez. Para fortalecer eso, la Presidenta quiso ir primero a Argentina», recordó.
En cuanto a Bolivia subrayó que su gobierno «pondrá las mejores energías a esa agenda amplia sin exclusiones» y reveló que un grupo de trabajo en la cancillería está preparando propuestas específicas, en una agenda que está integrada por 42 puntos.
«Quisiéramos enfatizar la cooperación transversal: intercambio en el campo de educación, cultura, lucha contra la pobreza, reforma de salud, y otros. Un conjunto de temas que si desarrollamos bien, podemos generar confianzas recíprocas», apuntó.
Foxley descartó completamente la tesis de «gas por mar» y señaló que lo que se busca es una integración más plena, específicamente en la región central de América del Sur «que comience por donde debe comenzar: la integración física».
La idea, que será presentada por Chile en la reunión de la Comunidad del Sur que tendrá lugar en Santiago en junio próximo, va desde el puerto de Santos en Brasil hasta Antofagasta, pasando por Perú, Bolivia y parte de Paraguay.
Para el canciller chileno la integración física significa construir corredores bioceánicos, invertir en buenos caminos, en mejor conexión aérea, facilitar el flujo de personas y mercadería. «Eso le resolvería a Bolivia su problema de desarrollo», puntualizó.
«Le damos facilidades a toda la mercadería de exportación boliviana a través de los puertos chilenos. Un gran proyecto de integración respaldado internacionalmente, que vaya borrando en cierta medida fronteras que adquieren un significado más dramático del que debieran», puntualizó.
Dijo que dado que esta es una zona con inestabilidad política y muchas desigualdades, «si integramos desde Brasil hasta Chile, toda la zona central, habrá un espacio económico ampliado y eso resuelve mucho mejor el problema de un país altiplánico como Bolivia y Paraguay».
Santiago de Chile, 16 de abril 2006
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