En entrevista que publica hoy el diario dominical Sunday Telegraph, el director de Todos dicen que te quiero subrayó que no le gusta el nuevo tipo de comedias que se producen en su país en la mayoría de los casos.
Las palabras de Allen, aparecidas a propósito del estreno en el Reino Unido de su largometraje Melinda y Melinda, abundaron en que esas producciones de la meca del cine «son vulgares y simplistas».
Con respecto a sus influencias cinematográficas aseveró que con nueve y 10 años se sentía atraído por lo sofisticado, el estallido de los corchos de las botellas de champán y la gente que vivía en áticos.
«Creo que me gustaba más el ingenio que la mera comedia y a pesar de vivir en barrio pobre no gustaba de Laurel y Hardy», acotó.
Woody Allen se autocalificó de tipo ingenioso y talentoso y explicó: «Mi trabajo entraña siempre agudeza, introspección y un componente cerebral. No es divertido sin más. Y creo que mucha gente no se siente por eso a gusto».
El director, un decidido adversario del presidente George W. Bush, apuntó que «yo uso la comedia para distanciarme de lo mal que están las cosas».
, 0, 49, 9
