La ubicación de los testículos podría ser la causa de la sensibilidad a las altas temperaturas de las células cancerígenas cuando se extienden a otra parte del cuerpo, sugirieron expertos de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos.
Esto permitiría explicar el mayor éxito en el tratamiento del cáncer de testículo, con un 80 por ciento de los casos curados y además abre las posibilidades al uso del calor como método para combatir otros tipos de tumores.
«Si podemos entender cómo actúa el calor para destruir las células tumorales de los testículos, tal vez podamos utilizarlo también en la lucha contra todo tipo de tumores sólidos», indicó Robert Getzenberg, uno de los participantes en el estudio.
Aún no se ha podido determinar cómo las células del cáncer son afectadas por el calor y hacerlas más susceptibles a la quimioterapia y radioterapia.
Una de los posibles métodos es el uso de nanopartículas magnéticas que pueden viajar hacia el interior de la célula maligna para calentarla, lo que tendrá que probarse en animales.
«Con las nuevas técnicas de medicina molecular, será posible pasar de un calentamiento externo de las células a hacerlo directamente desde su interior», refiere la revista.
Los expertos trataron de explicar con el estudio, cómo el famoso ciclista Lance Armstrong, que superó un cáncer de testículos, fue capaz de coronarse en siete ocasiones campeón del tour de Francia.
Washington, 27 julio 2006
Crónica Digital/PL
, 0, 115, 10