Ellos son parte del segundo viaje -de cuatro más que se harán este año- de la «Operación Milagro», que realizan en conjunto los gobiernos de Venezuela y Cuba para operar a 600 mil latinoamericanos que sufren de cataratas y pterigión (tejido carnoso que crece sobre la córnea).
Dicho viaje, previsto para miércoles pero pospuesto por razones climáticas, tiene lugar a pesar de una fuerte campaña de sectores opositores de la extrema derecha que se oponen al desarrollo de relaciones bilaterales entre ambos países por razones ideológicas.
El gobierno de la presidenta Michelle Bachelet, muy sensible a las críticas de la derecha, insiste que desde el punto de vista sanitario, los chilenos no tendrían necesidad de viajar pues esas patologías son cubiertas por el sistema público de salud.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes y acompañantes entrevistados por Prensa Latina y otros medios locales dan cuenta de una realidad diferente: «Llevamos años en listas de espera para que nos den anteojos y otras para que nos operen», afirmó Norma Hernández.
Más que molesta, con tristeza, subraya que el propio médico que la vio en el hospital le recomendó que no perdiera tiempo y ahorre dinero para que pudiera operarse en el sistema privado, «porque en el hospital tendría para rato».
Si bien ha dicho que las personas son libres de viajar a donde quieran para tratarse cualquier enfermedad, la ministra de Salud María Soledad Barría ha señalado que los chilenos pueden recurrir al plan Auge (público) y que sanitariamente el viaje no se justifica.
Sus declaraciones fueron en reacción a los ataques contra el gobierno por parte de los políticos de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) y la conservadora Sociedad de Oftalmología, que consideran el plan como «una limosna ideologizada».
Poco antes de abordar el avión que lo llevará a Venezuela, Mario Rojas -quien en el primer viaje fue operado de pterigión en un ojo y ahora va por la intervención del otro- dijo sentirse muy satisfecho de la atención recibida en todos los órdenes.
«En el primer viaje me operaron un ojo de catarata y pterigión. Ahora voy y muy tranquilo para operarme del otro ojo. Aquí en Chile llevo muchos años esperando y justo sale esta oportunidad que claramente hay que aprovecharla, dijo por su parte Rubén Millas (59).
«Por esta operación que me harán y por la primera estoy muy agradecido de Venezuela y su gente», subrayó.
Norma Hernández (54), también operada con éxito de un ojo en el viaje anterior, dijo que lleva muchos años esperando esto «y la verdad es que ya había perdido la esperanza».
«Visité a varios oftalmólogos de la Quinta Región y nunca pasó nada. Ellos mismos me aconsejaban que me atendiera en forma particular», sostiene.
Germán Castillo (47), quien dice será operado de pterigión, afirma que el sistema de salud pública chileno no es bueno. «No es que la gente le ponga color o uno quiera desprestigiarlo, pero si uno no tiene plata es imposible que lo atiendan en los hospitales públicos» apuntó.
Víctor Delgado, embajador de Venezuela en Santiago, explicó que los pacientes son previamente evaluados por médicos chilenos y venezolanos antes de ser aceptados para el viaje y después, a su regreso, reciben seguimiento hasta que son dados de alta.
«Lo único que nos mueve es el sentimiento de amor y solidaridad que tanto pregonó Bolivar entre nuestros pueblos hermanos», recalcó el diplomático tras rechazar indignado las motivaciones políticas que los sectores locales interesados pretenden atribuir al proyecto.
Santiago de Chile, 28 de julio 2006
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