Ahora descansan en el presbiterio del altar de la cripta de la catedral, un lugar mucho más digno, un monumento muy amplio y valioso, aseguró el arzobispo capitalino Fernando Sáenz en un contacto con la prensa tras la misa dominical.
Sáenz añadió que sobre la nueva tumba de Romero, considerado mártir por el pueblo salvadoreño y postulado para ser canonizado por el Vaticano, será colocada una obra en bronce trabajada en Milán por el escultor italiano Pablo Borgi.
Romero era llamado por la población «la voz de los pobres» por denunciar la injusticia social y la represión militar en los momentos en que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un francotirador de los ultraderechistas escuadrones de la muerte.
Un balazo le atravesó el corazón en el altar cuando ofrecía vino y pan al final de una misa en la capilla del hospital de cancerosos Divina Providencia, por lo que para el jueves 24 se prepara una peregrinación al cumplirse 25 años de su caída, trascendió.
Pero debido a aspectos litúrgicos de la semana santa, este año la misa que tradicionalmente se realiza en su memoria se trasladó para el próximo 2 de abril, tras lo cual la Fundación Monseñor Romero ha organizado varias actividades para recordarlo, aseguró Sáenz.
Asistirá el postulador de la causa de canonización de Romero ante el Vaticano, el obispo de la diócesis de Terni Narni Amelia (Italia), Vincenzo Paglia, líder espiritual de la comunidad de Sant Egidio, quien hablará sobre los avances de ese proceso, anunció Sáenz.
En tanto, la misa central, en la que participará todo el clero salvadoreño, será oficiada la tarde del 2 de abril por el cardenal hondureño Oscar Rodríguez, especialmente invitado, añadió la fuente.
En septiembre último el ex capitán Alvaro Saravia fue condenado en ausencia por un tribunal de San Francisco (Estados Unidos) como organizador del asesinato de Romero, por orden del fallecido mayor Roberto D Aubuisson, señalado autor intelectual del crimen.
D´Aubuisson, creador de los escuadrones de la muerte en El Salvador y fundador del hoy oficialista partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), murió de cáncer en febrero de 1992 y su culpa fue reconocida un año después por la Comisión de la Verdad de la ONU.
Desde setiembre de 2004 existe tirantez entre el gobierno y la iglesia salvadoreña por la solicitud del arzobispado de reabrir el juicio por el asesinato de Romero, algo que el presidente de turno, Antonio Saca, se niega a aceptar.
Recientemente se publicó en Roma una biografía de Romero, nombrado arzobispo por Paulo VI en 1977, titulada «Primero Dios» en la cual el historiador Roberto Morozzo della Rocca define que al ubicarse junto a los pobres antepuso la fidelidad al evangelio a su propia vida.
Con el asesinato de Romero, la oligarquía intentó eliminar a la principal voz opuesta a la violencia promovida por la ultraderecha que desató la guerra interna salvadoreña (1980-1992) con saldo de 75 mil muertos y ocho mil desaparecidos, recordó el investigador.
Para los derechistas salvadoreños y la Curia Romana, Romero era un caudillo que sublevaba a las masas, por lo que desde 1983 bloqueaban su proceso de beatificación, mientras para el clero y los creyentes devino símbolo de las aspiraciones de justicia social, dice Morozzo.
Basado en datos de archivos religiosos y políticos, el historiador describe como se distanció la iglesia católica salvadoreña de los intereses de la oligarquía y de Estados Unidos, «que con su poder financiero ha implantado una nueva doctrina fundamentalista».
Un editorial de la revista El Mensajero de la Compañía de Jesús acaba de expresar sorpresa por el retraso del proceso de beatificación de Romero y recuerda que «otros muchos cristianos, con bastante menos refrendo universal, han alcanzado ya los altares».
También muestra extrañeza de que en tiempos en que la información y los testimonios se pueden recabar con tanta rapidez y fiabilidad, los procesos se eternicen y la mayoría de los cristianos ejemplares que se proponen como modelos pertenezcan a siglos lejanos.
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