CUARTA PARTE: LOS REPRESORES SIGUEN OPERANDO EN DEMOCRACIA
Desde el retorno a la democracia en Chile, se conocen pocas acciones de inteligencia y de amedrentamientos de miembros de servicios de seguridad el antiguo régimen. Sin embargo, al hacer un recuento se demuestra que siguen operando. El bullado caso Piñeragate deja en evidencia el espionaje telefónico al empresario y ex candidato presidencial de Renovación Nacional, Sebastián Piñera por parte del DINE. El hecho fue difundido en Megavisión por el mismo dueño del canal, Ricardo Claro, reconocido pinochetista. En la operación estuvo involucrada, entre otros, la actual senadora UDI, Evelyn Matthei y el capitán del ejército Fernando Diez y, momento antes de conocerse la verdad, es secuestrado por horas uno de los hijos del empresario quien se vio obligado a no continuar con la investigación.
Otro hecho es la operación de inteligencia que se produce para sacar al químico de la DINA, Eugenio Berrios primero a Argentina y luego a Uruguay donde finalmente pierde la vida. El hecho se produjo el 26 de octubre de 1991 por el paso fronterizo de Monte Aymond y en la operación estuvo involucrado el Batallón de Inteligencia del Ejercito dependiente del DINE.
Un hecho curioso sucede durante el gobierno de Patricio Aylwin, en 1992, el Ejecutivo presentó una moción parlamentaria para reducir los recursos financieros destinados a los 400 ex CNI que estaban adscritos al DINE. Sin embargo, en el Congreso esta moción es rechazada por los parlamentarios para el Presupuesto del Ejército de 1993.
Las constantes amenazas de muerte, seguimientos, intervenciones telefónicas y presiones a familiares que recibieron miembros del Departamento Quinto de Investigaciones durante todos estos años. Por nombrar algunos casos: en 1992 se produjo la vigilancia en su hogar por parte del DINE del entonces inspector Nelson Jofré, quien investigaba el caso Letelier. Ese mismo año fue hostigado el detective Osmán Arellano, quien investigaba el caso Tucapel Jiménez, su asesora del hogar fue interceptada en la calle por tres hombres y una mujer, advirtiéndole que no mintiera y que su patrón se cuidara.
En 1993, los detectives Rafael Castillo y Nelson Jofré viajan a Buenos Aires donde son seguidos por un oficial de inteligencia del Ejército, ex CNI y ex DINE tal como se acredita judicialmente. En 1996 se detecta una escucha telefónica en la casa del Director General de la Policía de Investigaciones. En 1998, el inspector Douglas Rodríguez recibió una amenaza telefónica de un imputado del Caso Albania.
En el año 2001, un testigo que había entregado información sobre las actividades de los ex oficiales del Ejército Patricio Castro Muñoz (ex CNI, Cutufa y miembro del equipo de seguridad de Augusto Pinochet) y de Álvaro Corvalán Castilla (ex Jefe Metropolitano de la CNI) denunció seguimiento y entre las patentes que entregó, dos correspondían a vehículos asignados a la Dirección de Logística del Ejército.
En el 2006 durante el fin de semana largo de Fiestas Patrias, Santiago amaneció regados con volantes del Movimiento Nacionalista 11 de Septiembre, el mismo que creará Álvaro Corvalán Castilla, defendiendo la obra y la figura del general Pinochet.
– Volviendo a los juicios en contra de los represores, ¿Cree que los organismos de seguridad siguen operando en el Chile?.
– Claro que sí. Lo que pasó con Eugenio Berrios es la muestra pública que estos organismos existen, que cuentan con recursos y funcionan en democracia.
– y cómo explica los últimos dichos de Manuel Contreras..
– Aunque el señor Manuel Contreras diga que está vivo, todo esto es una maniobra de tipo de inteligencia militar realizada ilegalmente en un gobierno democrático. El caso Piñera es otra muestra que siguen actuando.
– ¿Al amparo de quién o existe una estructura paralela?
– Sin dudar es una estructura paralela pero que tiene bazos comunicantes con el aparato formal de donde sacan información. Por ejemplo: ¿dónde están los archivos de la DINA y de la CNI?.
No hay que olvidar que existen lealtades del pasado, jerarquías que se mantienen en el tiempo, silencios cómplices, cosas que nunca van a decir.
-Pero hay ex agentes que están comenzando a reconocer su responsabilidad.
-Son pequeños quiebres y que se producen producto de la propia evidencia que se va acumulando en los procesos. Han tenido que ir reconociendo su participación por la consistencia de las pruebas y usan como estrategia reconocer su responsabilidad hasta donde no lo puedan negar. Hay otros que deslindan responsabilidades y argumentan que los otros delitos le corresponde asumir a zutano o fulano. Cada una de estas aseveraciones que hago están consistentemente acreditada en los Tribunales de Justicia.
Odette Alegría
– No le llama la atención que el mismo día que se comunica el procesamiento de los militares de la Escuela de Artillería de Linares aparece, por Megavisión, una denuncia en contra suya por parte de una ex presa política identificada como Odette Alegría, ¿Cómo explica esta coincidencia?
– Es curioso que ambas cosas sean difundidas de manera simultánea. Las primeras declaraciones de Odette Alegría se realizaron por Megavisión y, según se ha podido determinar, el periodista llega a la casa de la ex presa política a través del propio abogado de ex general, Humberto Julio. Son ellos quienes informan que existe un testigo que responsabiliza y ubica a Nelson Mery como parte de los torturadores de la Escuela de Artillería ya que no estaba en el listado de los procesados en la causa que investiga el Ministro Alejandro Solís.
– Cree que fue una operación de inteligencia.
– Siempre he creído que fue una operación de inteligencia.
– Porque…
– Lo que pasa que cuando yo era Director General de la Policía de Investigaciones tenía información que apuntaba al esclarecimiento de casos de derechos humanos, pero cuando me alejo del cargo mucha gente que estaba colaborando se retrae y me dice que no puede hacerlo por temor.
Haber salido de la Dirección General significó quedar en una posición complicada para seguir obteniendo información. Yo les encuentro razón a quienes hoy no quieren seguir colaborando por temor. Es distinto hacer cosas con todo el respaldo institucional que entrega la Policía de Investigaciones a entregar antecedentes al ciudadano Nelson Mery. El objetivo de esta operación de inteligencia era sacarme del cargo y lo lograron.
– Hoy el caso de injurias y calumnias en contra de Odette Alegría esta ejecutoriada y con el fallo del tribunal, de alguna forma, confirma su versión de inocencia en los hechos denunciados pero, ¿Qué piensa ahora de ella?
– Que fue funcional a esta acción de inteligencia. Todavía no logro comprender las razones que la llevaron a ser parte de todo esto. Su historia de vida nos podría llevar a pensar que puede estar atrapada por alguna relación anterior con los militares.
– ¿Qué antecedentes tiene para afirmar esa relación anterior?
– Ella misma ha declarado que cuando estuvo detenida en la Escuela de Artillería de Linares fue sacada de su cautiverio para ser atendida de una cistitis y de la reparación de un diente. Además, dijo que pudo rendir exámenes libres para terminar su segundo año medio estando aún detenida. Estamos hablando de los primeros meses del Golpe Militar. Ningún preso tuvo estas facilidades y mucho menos en ese tiempo.
– Desde el punto de vista humano como califica a Odette Alegría
– Desde esa mirada, creo que Odette Alegría es una víctima de su pasado. Está atrapada. Algún día va a tener que decir el porqué hizo lo que hizo.
– ¿Que le falta a Chile para reencontrase?
– Mirarse al espejo. Falta que se conozcan mucho de los detalles que están en los procesos. Falta que se conozca aún más la verdad. Chile no sabe realmente como fueron en su esencia los organismos de seguridad en cuanto a represión. No se saben los detalles de cómo se produce la detención, de lo que le ocurre a la gente, de las torturas a las que fueron sometidas, de los grados de maldad que se vivieron en cada uno de los recintos de detención.
Falta que se conozcan los episodios de exhumaciones, un hecho concatenado en el tiempo que se inicia en 1973 y continua en los años 74,75,76 y que recién en 1978 se perfecciona el ilícito con la remoción de los cuerpos, para que no quedara evidencia de nada. Esto no se le ocurrió a un sargento, a un general por si solo, fue una política institucionalizada. Si la Dictadura hubiese querido terminar con los excesos de los órganos de seguridad en los primeros años lo podrían haber hecho cuando aplicaron la amnistía pero no fue así.
– ¿Que tienen que hacer los gobiernos democráticos para desarticular a estos grupos?
– Hoy existe una ley de inteligencia y si se respetara en su integridad Chile estaría bien encaminada. Porque hay que distinguir en lo que es la inteligencia militar, inteligencia política, inteligencia estratégica. En la actualidad la seguridad interior esta en manos de la ANI y de las dos policías y, mientras cada área de inteligencia esté ejerciendo su trabajo no debe generar conflicto.
– Cuándo se genera el problema entonces..
– Cuando se invade el área que no le corresponde o cuando la información residual que mantienen o reciben no es compartida con quien lleva esa materia. Por ejemplo si Investigaciones esta siguiendo un narcotraficante y resulta que el personaje es un espía, necesariamente debe informar a inteligencia militar para que tome las medidas del caso y viceversa. Esa son las cosas que hay que verificar.
El énfasis que debe tener toda política de inteligencia es que debe ser civil, o sea, quien debe implementar estas políticas de inteligencia deben ser los civiles y no los militares.
– Finalmente, a que se dedicará Nelson Mery ahora..
– Seguiré vinculado a la academia y a tratar de sacar adelante este proyecto de Escuela de Criminalística que hoy tiene la Universidad La República.
– Y en materia de derechos Humanos…
– Seguiré colaborando con los Tribunales de Justicia cada vez que pueda, tal como lo he hecho hasta hoy, cada vez que pueda…La verdad procesa, en la que creo, aflorará con hechos, personas, nombres y apellidos. Es una deuda que aún no ha sido enteramente pagada y es una necesidad de país para con las víctimas, sus familiares y la propia historia. Mirarse al espejo nos hará bien para reconocer dolorosas verdades del pasado y poder avanzar hacia el futuro.
Por: Roberto Portilla, el autor es periodista, editor general de Crónica Digital
Santiago de Chile, 28 de septiembre 2006
Crónica Digital, 0, 705, 3